Capítulo 4
Una noche diferente
Narra Pablo:
Creia que seria otra noche común, pero Camila y Jesús tenían otros planes, llevaban unos dias intentando convencerme de acompañarlos a un club nuevo de la ciudad, yo no era mucho de esas salidas aunque ese dia queria hacer algo diferente. Me arme de valor y marqué el número de Wendy, invitandola con nosotros, rápidamente acepto y me senti bien por un momento.
-Amigo, pero hoy es viernes de máscaras asi que tenemos que ir por unas- comentó Camila, eran pasadas las seis asi que podiamos ir al centro comercial y volver a tiempo.
Decidí elegir una más para Wendy, era negra con flores de colores que le quedaria hermosa, las pagamos y volvi a mi departamento donde me arreglaría, pasaría por ella y nos encontraríamos con mis amigos en el club. Me coloqué un traje sencillo color azul oscuro, que combinaba con la máscara del mismo color. Antes de salir me servi un vaso de whisky y lo bebi de un trago, estaba nervioso por mi velada con esta chica ya que si habia mucha atracción s****l.
La llamé en el estacionamiento antes de arrancar el auto, por si estaba terminando de arreglarse no fuese a llegar de inoportuno.
-Hola hermosa, ¿estás lista?
-Pablo, yo lo lamento no puedo ir- susurró -. Mi abuela enfermó y voy saliendo de viaje...
-Oh, Wendy tranquila ¿Quieres que te deje en el aeropuerto?
-Si, por favor... yo, estoy muy nerviosa y no he podido contactar un taxi.
-En diez minutos estoy en tu casa- dije y corté la llamada.
Mi velada se habia terminado antes de comenzar, pero entendia que no era su culpa. Pasé por ella, quien ya me esperaba afuera, se notaba que habia estado llorando, la abracé al bajar del auto, acercandola a mi pecho y le di un beso en la frente.
-Tranquila preciosa, vamos.
Subi sus maletas al auto, le cerré la puerta como un caballero y la llevé hasta el aeropuerto. Al llegar dejé su equipaje en el ingreso, la acompañe a comprar su ticket y mi teléfono vibró por una llamada entrante.
-Pablo, ¿Dónde estas? -chillo Camila, enojada. En el fondo se escuchaba una música muy alta y la voz de Jesús no se hizo esperar -¿Te arrepentiste gallina?
-No, estoy con unos asuntos con Wendy, termino aqui y voy- les informé.
-Si ya conocemos los asuntos- dijo Jesús con picardía, ganándose un regaño de su esposa.
-Alla les cuento, nos vemos.
Me acerqué a Wendy nuevamente, ya que me habia alejado para atender la llamada y ella me queda viendo con una sonrisa.
-Te ves muy guapo- comentó -. Lástima que no voy a poder probarte hoy.
-Eso no es problema, después lo harás - alegue con una sonrisa.
-Eso espero- dijo, dejando un casto beso en mis labios-. Ahora vete- ordenó.
¿Qué?
-Tus amigos deben estar esperándote -explico al ver mi cara de confusión -. No quiero quitarte más tiempo, gracias por traerme.
-¿Estas segura?
-Si, anda.
Me despedí con un beso de Wendy y salí en dirección al club, unos quince minutos más tarde ya habia llegado. Lo bueno de tener buenos contactos en la ciudad es que te podias saltar algunas cosas, como las colas. Cuando llegué no encontré a los chicos, pero mi canción favorita sonó por todo el lugar y en la pista me encontré embobado con un cuerpo que se movia perfectamente en sincronía con el sonido, su aura o mi locura me atrajeron a esa mujer, coloqué sin ningún reparo mis manos en su cintura, mis labios corrieron a su clavícula, no podia explicar que me sucedia, crei que se quitaria y me daria una cachetada, era lo peor que podia pasar y cuando se volteó que sus ojos chocaron con los míos pensé que se me olvidaría respirar. Comenzó a moverse sensualmente, invitandome a seguir y baile esa canción y las tres siguientes. Sus caderas encajaban perfectamente entre mis manos, su olor me embrujó. La fricción de su trasero en mi m*****o lo despertó, mald...Llevaba mucho tiempo sin sexo y hoy lo pedía con fuerza. La extraña se dió cuenta de esa situación y se aprovechó, meneó más su trasero volviendome loco.
-¿Quieres ir a otro lugar? -pregunte en su oido, haciendo un gran esfuerzo para que me escuchara con la respiración agitada como la tenia, ella sólo asintió.
Mi cerebro se planteó una ruta directa a cada hotel que conocía, me sentía como un adolescente que estaba por vivir su primera vez, pero lo que hizo la extraña me dejó sin aliento. Tomó mi brazo y me arrastro hasta el baño de caballeros, ya que en el de damas estaba seguro de que no entraba un alma más. Mis pensamientos colapsaron al sentir sus labios devorar los mios con tanto fervor, con la misma necesidad y ansiedad le correspondi, baje el cierre de la cremallera de su vestido y sin esperar más me lancé a probar sus senos, que quedaron al descubierto, la extraña no llevaba sostén y sus pechos estaban notablemente parados, eso me encantó. Los gemidos comenzaron a salir de su boca y yo si no la penetraba en ese momento, acabaria en mis pantalones.
-Metelo ya, por favor -rogo la extraña, sus plegarias serian escuchadas. Baje mi pantalon y coloqué mi m*****o en su entrada- Por favor- volvió a rogar y fue lo último que necesitaba, me hundi en ella, sintiendo el mayor placer que habia sentido en toda mi vida, mis embestidas se volvieron más rápidas y desesperadas- sigue, no te detengas- chilló, y explotamos los dos en el éxtasis.
La mantuve encima de mi hasta que su respiración se regulo, en mis pensamientos solo se encontraba que después de dejar a Wendy en el aeropuerto mis esperanzas de follar se habian ido en el vuelo con ella y ahora estaba alli, en medio de un baño sucio, acabando de tener el mejor sexo de mi vida con una desconocida. Queria saber su nombre, su dirección, todo de ella. La ayudé a ponerse de pie, le subí la cremallera de su vestido y estaba dispuesto a comenzar una conversación, pero otra de sus reacciones me sorprendió, salió corriendo, dejandome solo y confundido. Al reaccionar intenté seguirla, pero no di con ella, ya habia desaparecido.
-¡Pablo! ¿Eres tu?- preguntaron a mis espaldas, desviandome de mi objetivo principal. Camila llegó muy molesta a mi lado, comenzó a regañarme, pero yo sólo queria encontrarla, lo necesitaba.
¿Donde te metiste extraña?