Era media noche y el hospital estaba sumido en un silencio en el área de espera. A pesar de las personas que allí estaban nadie pronunciaba una palabra, hasta el llanto era reprimido en ese momento, como si hacer o decir cualquier cosa fuera causa te de alguna desgracia más. El abuelo Adams estaba sentado viendo todo atentamente, no cabía en su cabeza lo que había ocurrido. Ya la policía y los bomberos le habían explicado como dieron los hechos gracias a la cámara de seguridad del vehículo de Eros y a la de los negocios en todo el trayecto que tuvieron los carros hasta el accidente. Era más que evidente que la causante de todo fue Verónica, comenzando desde la empresa donde se veía claramente ella subiendo a su auto de forma histérica para perseguirlo. -De seguro la esposa de Eros f