CAPÍTULO DIEZ A la mañana siguiente, Kyle ya se había duchado y vestido para cuando se despertó Jessie, sintiéndose agotada y de mal humor. “¿Te vas a ir?” le preguntó adormilada mientras se incorporaba sobre la cama. “¿No es domingo?” “Así es, pero me llamaron para una reunión de emergencia donde nos quieren a todos. Uno de nuestros inversores se declaró en bancarrota el viernes y nos acabamos de enterar. Tenemos una sesión de estrategia a las nueve.” “Oh,” dijo ella. “¿Estarás fuera todo el día?” “Espero que no pero no te puedo hacer promesas. Ya sé que estamos un poco revueltos tú y yo ahora mismo. ¿Quizá podemos arreglarlo esta noche?” “De acuerdo,” dijo Jessie, que seguía atontada. “Te quiero,” le dijo Kyle al tiempo que se inclinaba para darle un beso en la frente antes de sal