El día estaba precioso, el cielo completamente despejado reflejándose en el calmado mar que chocaba con la preciosa arena blanca, los primeros en llegar a la villa fueron James y Sophie, era un día perfecto para la casarse con el hombre que amaba con locura y la forma en que su prometido pidió la decoracion era simplemente la cosa más preciosa que había visto en su vida, habían muchísimas flores blancas colgando del techo del salón que armaron en el jardín con varios candelabros de cristal, las sillas blancas con detalles en dorado, hasta los pilares romanos del altar eran de color blanco marfil, lo que más sorprendió a Sophie fue ver el piso de la pasarela por el que ella caminaría era de cristal con rosas blancas por debajo, jamás había visto tantas rosas blancas en su vida y hasta el al