Sophie ni se dio cuenta del momento en que Ivana y Víctor llegaron a la casa por la madrugada, porque fue acostarse en la cama y dormir como tronco ya que estaba cansada, demasiado cansada para ser un día común y corriente para ella, tanto así que por la mañana tampoco escucho la alarma de las siete, tuvo que correr para arreglarse y a penas alcanzo a desayunar ya que Ivana se había molestado en preparar la comida, pero de lo contrario seguramente no hubiese comido nada pues ya era bastante tarde para ella. – ¡Sophie! – Víctor la agarró del brazo cuando se deslizo en la cerámica de la sala – Deja de andar corriendo con esas zapatillas tan lizas que no va a pasar nada si llegas unos minutos tarde a la entrevista. – la soltó cuando estuvo bien parada. – Soy desordenada, pero no impuntual,