Llegó la noche, llamaron al chófer del remis, llegaron al hotel, cansados pero felices, debían estar en él comedor a la hora qué ya estaba la cena lista, a las 21 horas. En la sala del comedor se sentía gran alboroto, los mozos comenzaron a salir, esa noche sería la última que lo pasarían en aquel hotel, a cada turista o viajante le regalaron un obsequio. Una de las chicas qué atendían, se acercó a cada uno de los presentes. —Tomé señor, regalo de la casa, mañana al medio día él almuerzo será en la sala de baile, allí habrá un asado de despedida. Willian le agradeció aquel presente. El obsequio decía él nombre del hotel "El dorado, le quedaba él día siguiente, para seguir hospedados en aquel hotel. A la mañana siguiente estuvieron cerca del mar, sintiendo las caricias que da él mar,