Rebeca, se sentía desgastada, iba a ser todo lo necesario para salvar la vida de su hijo, buscaría los mejores médicos. Rebeca le hizo un llamado a unos de sus primos, uno de ellos era médico. —Hola Julio, ¿Cómo estás?, en estos momentos estoy pasando por la grave salud de mi hijo, ¿Cuándo te puedo visitar a tu domicilio o a la clínica? —Prima, ¡Tanto tiempo!, ¿Es tu hijo él qué está enfermo?, no te preocupes lo vamos a solucionar, acá se encuentran los mejores cirujanos. —¿Quieres qué pase por tu casa?, así lo hablamos. —La verdad qué si, prefiero qué vengas a casa. Rebeca comenzó a mover cielo y tierra, estaba dispuesta a lo qué sea por su hijo. Stephanie, estaba desorientada, por todo lo qué estaba pasando en su vida, ahora qué se había dado cuenta lo que sentía por él hijo de Re