Stephanie mira desde la ventana hacia afuera, él cielo está más estrellado, la luna parece más grande y bonita, Maximiliano recibe él perdón de Stephanie, aunque ella ya no crea en sus bonitas palabras, él es amoroso, él toma sus manos. —Amor mío, ¡Me tienes loco!, me haces sentir él hombre más afortunado de la tierra, te regalo mi alma si la quieres, puedes confiar en mí. Stephanie sonríe; una vez confío en él, la enamoró está vez no lo hará. —Pequeña Mía, ¿Porqué me sonríes de esa forma? ¿Acaso ya no crees en mi?, Mírame...¡Estoy aquí para cuidarte! Las palabras de Maximiliano, son las más hermosas qué halla recibido una mujer; lastima Stephanie ya no cree en sus bellas palabras, él la abraza con una ternura inmensa, besa varias veces su rostro, aproxima sus labios lentamente hacia é