La mañana estaba fría, solo estaba puesto él piloto de la estufa, afuera aún seguía nublado, llovía finito, él corazón de Stephanie, se sentía feliz lo había pasado muy bien en él cumpleaños qué había sido de Yaneth, prendió la estufa y cómo cada mañana entraba a la cocina les dejaba preparado él desayuno a sus hijos.
Miguel Ángel aparece, descalzo sus pies están sobre la alfombra.
—Hijo, ¿Qué haces levantado a esta hora?
—Mamá me quiero dormir contigo.
—Amor, tu madre se tiene qué ir a trabajar, ¡No puedo quedarme!
Stephanie lo tomó en sus brazos, lo acomodó sobre la cama, se recostó junto a él, hasta qué se quedó dormido, ella lo acarició y lo besó en la frente, se levantó de la cama.
— Amor me tengo qué ir, se me está haciendo muy tarde.
Miguel Ángel escucha a su madre, él habré
