Chapter 4

4022 Words

En sus veintiocho años de vida, Jon nunca había pensado que tendría que resolver su propio asesinato, o al menos intentarlo. No hasta que vio su cuerpo tumbado boca abajo detrás del edificio en el que había vivido durante los últimos cinco años. —No me extraña que me duela tanto la cabeza —murmuró, aunque no podía oírle nadie. Alrededor de su cuerpo había agentes de policía y otras personas que, a juzgar por lo que llevaban puesto, Jon asumió que eran investigadores de la policía científica. La causa de la muerte era obvia: tenía el cráneo hundido. —¿Tenemos algún testigo? —le preguntó uno de los inspectores a un agente uniformado, mientras se ponía unos guantes de látex. —No —contestó el agente—. Al menos no hay nadie que haya contactado con nosotros para decirnos que vio algo. Aunque

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