—¡Va muy rápido!—grité casi como una loca.—¡Se va estrellar!—cuando vi que David tomaba la curva, llevé mis manos a mi cabeza y apreté los ojos con fuerzas, no queriendo ver el accidente que él iba a tener. —¿Tienes los ojos cerrados?—se me había olvidado por completo que David me había puesto una cosa rara en mi cabeza, me escuchaba. Pero es que yo había pensado que solo me escucharía cuando yo presionara un botón o algo de ese estilo.—No seas cobarde, baja los escalones y acércate más. Desde ahí no ves lo divertido. Nada de esto era divertido para mí, estaba muy cerca de ser estresante. —¡No le veo nada de divertido a esto! ¡En cada curva creo que vas a morir! —¡Oye! He hecho esto tantas veces que no soy ni capaz de contarlas. Solo relájate y disfruta. Bajé más los escalones y m