CAPÍTULO UNO LONDRES - ENERO DE 1965“Trabajaría directamente para mí. Sin contacto, cubierto ni encubierto, con la embajada estadounidense ni con las estaciones locales de la CIA donde esté operando. Trabajará a distancia, independientemente, sin chaperones. Si intenta contactar a la Agencia, le dirán que se marche y que ellos no saben de qué está hablando. Yo le daré una serie de números telefónicos y se le requerirá comunicarse con regularidad para dar y recibir información de Inteligencia actualizada. Luego de cada operación exitosa, liberaré una cantidad de dinero acordada a una cuenta bancaria personal de su elección. Si no completa el contrato, no recibe el p**o. ¿Alguna pregunta?”. El grabador se detuvo con un fuerte clic. Se había terminado la cinta a mitad de la conversación.