Capítulo 18

1555 Words
Bien. Sesshomaru me tiene bastante hostigada con sus métodos de reconquistar mi amor, pero al parecer él no entiende que no es mi amor lo que debe reconquistar, eso sigue intacto porque a pesar de su traición sigo enamorada de él como la mayor de las idiotas. Lo que debe reconquistar es mi confianza. Esa que perdió por idiota, maldito Sesshomaru, maldita Kagura y maldita Sara. Ellas estúpidas de mierda. Esta semana ha sido muy ajetreada y tengo un cansancio muy fuerte, mañana posiblemente vuelva Ayumi y eso me alegra. El departamento sin su dulzura es muy frío y callado. En cuanto a la relación con Hiten, no ha pasado nada luego de ese beso que Sesshomaru interrumpió. Él se ha comportado como un verdadero caballero. Eso me ha sorprendido, ya que trataba antes de usar cualquier método para tenerme. Me alegra tener un amigo con el cual hablar, él es muy especial. Con un bostezo me levanto colgando mi cartera en mi hombro y tallando con la palma de mis manos mis ojos. Estoy muy cansada, tanto que el único pensamiento que tengo es esa preciosa cama que me espera. Sí, mi cama en mis pensamientos se ve riquísima. —Rin, te buscan—la voz preocupada de Yuka me hace despertar un poco. Levanto la vista y la veo un tanto inquieta, eso me pone en alerta. —¿Quién?—ella me regala una incómoda sonrisa antes de hacerme señas. Sesshomaru. Él se encuentra tan guapo como siempre. Me está mirando y mantiene las manos en los bolsillos de su pantalón. Lamo mis labios algo nerviosa y miro a Yuka. —Puedo decirle que se largue—niego y le regalo una sonrisa para que se tranquilice. —No, igual tenemos que hablar. Tengo que dejarle algunos puntos en claro a ese idiota, gracias por preocuparte—ella me abraza. —Ve con cuidado---besa mi mejilla y se aleja. Con un suspiro me acerco a Sesshomaru. —¿Qué haces aquí?—esa es la pregunta que deja mis labios en cuento me acerco. Sesshomaru no parece sorprendido de mi ceño fruncido y mi expresión seria, ya va comprendiendo que su presencia no me es precisamente grata. Y lo que más me molesta es que mi corazón sigue palpitando en cuento lo ve. Es difícil mostrarme indiferente cuando lo tengo cerca, es difícil controlar tus emociones cuando la persona que las alborota esta justo frente a ti. ¿Nunca les ha pasado? Sentir esas increíbles ganas de mandar todo a la mierda y simplemente olvidar, olvidar lo que hizo, olvidar que te dañó. Gracias a que tengo bien clavado la voz de Kagura y su sonrisa mientras me mostraba lo infiel que me había sido Sesshomaru. Y eso no es todo, tengo muy profundamente clavado su voz, su mirada la mentirme como si eso fuese lo que le sale más natural. —Tenemos que hablar—enarco una ceja—no vengo a rogarte nada, vengo a que hablemos como personas maduras que somos. Necesitamos actuar como los adultos que somos. Tú tienes que escuchar lo que te diré y luego yo escucharé lo que dirás, aunque si me quieres insultar también lo escucharé—muero mis labios y suspiro. —Bien, vamos—camino delante de él y su mano toma la mía para detenerme. Ese simple contacto de piel logra que mi corazón palpite como desquiciado. —Vamos a aquel restaurante donde te llevé cuando te encontré—lo miro en silencio. —¿Es una estrategia?—él niega. —No habrá periodistas cerca, ambos somos figuras públicas y necesitamos espacio. No quiero que una conversación tan seria y nada referente a ti y a mi salga en todos los medios titulado con alguna mentira—asiento. —Bien—sigo caminando con falsa serenidad. Al subir en mi auto respiro con fuerza. Y lo sigo. No es difícil llegar ya que el trafico está muy bien hoy y ambos conducimos muy bien. Una sonrisa melancólica se forma en mis labios. El pequeño restaurante cerca de la playa. Salgo del auto y nos sentamos donde aquel día comenzamos a charlar como si fuésemos viejos amigos. —Primero tengo que disculparme Rin. Te fallé, no solo engañándote, te mintí aun sabiendo que tu odias las mentiras, luego de saber tu historia. No me justificare, pero el miedo puede hacer cosas peligrosas en las personas y tenía miedo. Sé que no es una razón válida, pero te amo tanto que no quería perderte, pero logré hacerlo de todas formas—me mira y la sinceridad es plasmada en ese angelical rostro que posee—ahora quiero pedirte algo muy importante. Quiero que dejes de estar como si tengo lepra cuando estoy cerca de ti, eres una persona muy importante para mi Rin. Te pido que seamos amigos por lo menos, no quiero perderte, al menos déjame ser tu amigo—pestañeo un poco. —La amistad se basa en la confianza y yo no confió en ti Sesshomaru—el niega. —Deja que me gane tu confianza nuevamente, por favor—mi mano sostiene mi barbilla. —No lo sé Sesshomaru—él me sonríe. —Te prometo que no intentaré nada más que tener tu confianza de nuevo—ese es el problema. Yo estaré muriendo sin poder tocarlo. —Bien, te dejare ser mi amigo, pero nada de propasarte—lo señalo y él sonríe. —Muchas gracias Rin—lamo mis labios. —Estas más delgado y tienes unas ojeras espantosas—murmuro sin detenerme a que sus ojos conecten con los míos. —No he tenido buena semana. No sabiendo que te dañe—trago seco. —Ya eso lo dejaremos atrás, vamos a comenzar de nuevo—él asiente. —Mi nombre es Sesshomaru Taisho, soy un hombre malditamente apuesto que moja cualquier braga de toda mujer que lo vea. ¿Está la tuya mojada?—eso causa que sonría—tiene una hermosa sonrisa—me guiña un ojo y relajo mi cuerpo. —Soy Rin Hitashi, periodista—él me mira sorprendido. —¿No usarás mis palabras para algún reportaje?—pregunta. —Para nada, todo lo que hagas no saldrá de mi parte en las noticias—digo con una sonrisa. —Te extrañé Rin, no sabes cuánto—beso un poco de vino. —¿Cómo te ha estado yendo Sesshomaru?—él se da cuenta de mi cambio de tema. —¿Quieres la verdad o lo que le digo a todos? —¿Te parezco todos o alguien en especial?—él niega suspirando. —Mal, lo que te hice no dejaba de carcomer mi cabeza—lamo mis labios. —Te perdono Sesshomaru, te estoy dando esta segunda oportunidad, pero si fallas saldrás de mi vida. Doy dos oportunidades, no más, tú decides si fallar o no, claro, sabiendo que si fallas no habrá poder humano que me haga cambiar de parecer. Morirás para mí—él me mira y asiente. —Lo sé, gracias Rin—él toca mi mano encima de la mesa. —Solo... no me falles—niega y se aleja. —No lo volveré hacer—mi celular vibra y lo saco. Es Hiten—tomaré la llamada—asiento—Rin—digo al descolgar. —Rin, quería saber si sigue en pie lo de mañana. —Claro, ¿Por qué no seguiría en pie?—queda un momento en silencio. —Te vi salir con Sesshomaru—me cruzo las piernas. —Sí, y sigo con él—murmuro. —Oh, regresaron—lo escucho hablar bajo. —No, somos amigos ahora. Te veo mañana en mi departamento, adiós Hiten. —Adiós Rin—y cuelga. Miro a Sesshomaru quien no parece nada contento. —¿Qué?—el niega. —No es nada—me encojo de hombros. —¿Dónde nos quedamos?—pregunto con una sonrisa. —Estamos contándonos algo sobre el otro—asiento con una sonrisa. Extrañaba a Sesshomaru. **** —¡Enserio que es una mala película!—me río de Hiten cuando maldice una vez más a Rápido y Furioso. Lo tengo obligado a ver la saga conmigo y vamos por la tercera película. A este punto el odia a todos los personajes. —No es mala—murmuró lanzándole las palomitas. —Es horrible—giro mi cabeza y casi caigo del culo. Ayumi corre y me abraza y yo la abrazo fuerte. Extrañaba con mi alma y piel a esta chica loca. —Cómo te extrañaba—ella murmura besando mi mejilla. —Yo igual—ella mita a Hiten. —Hola—se pone seria de inmediato. Aun no comprendo cuál es su problema con él. —Hola Ayumi—ella muerde sus labios. —Me pongo algo más cómodo y me uno a ustedes—asiento y la veo alejarse. El timbre de la casa suena y me levanto. Al abrir la puerta una sonrisa arrogante y maravillosa me encanta. —Rin—se acercan y besa mi mejilla lentamente. Contento una respiración. —Hola Sesshomaru—él me sonríe. —¿Me dejas pasar?—asiento y le cedo el paso. Joder, que difícil se me pone esto.
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