Melani despertó temprano, el sol apenas comenzaba a iluminar el cielo. Aún sentía la inquietud de la carta amenazante recibida la noche anterior. Se preparó rápidamente, tratando de no dejarse llevar por el miedo. Cuando miró su reflejo en el espejo, notó la preocupación reflejada en sus ojos, pero forzó una sonrisa, decidida a mantener una actitud positiva. Al llegar al comedor del hotel, vio que su equipo ya se había reunido. Justino, con una taza de café en la mano, levantó la vista y le ofreció una cálida sonrisa. Al ver su semblante, la preocupación en sus ojos no pasó desapercibida para él. "¡Buenos días, Melani!" dijo Justino, levantándose para darle un abrazo reconfortante. Su abrazo transmitía calidez y apoyo, algo que Melani agradeció profundamente. "Buenos días, Justino," res