Melani cumplió sus 18 años en un día soleado de verano, rodeada del amor y la celebración de su familia. El olor ahumado del asado llenaba el aire, mezclándose con la risa y el bullicio de amigos y parientes que se reunían para celebrar este hito en su vida. La mesa estaba adornada con guirnaldas de flores silvestres y velas que brillaban con la luz del atardecer. Sopló las velas de una torta especial que su madre había horneado con esmero, mientras todos la animaban y aplaudían.
Entre abrazos y felicitaciones, Melani sopló las velas con una sonrisa radiante, agradecida por la compañía y el cariño que la rodeaban. Sus hermanos mayores, Oscar y Juan, no perdieron la oportunidad de gastarle algunas bromas sobre la adultez y la responsabilidad que venían con los 18 años, mientras que su madre, con los ojos brillantes de emoción, recordaba historias de la infancia de Melani.
Después de la comida, mientras su madre se ocupaba de lavar la ropa de Melani, una carta romántica de Justino cayó de entre las prendas. La sorpresa inicial se convirtió en una mezcla de emociones cuando la madre de Melani reconoció el apellido de Justino, el mismo que pertenecía a un antiguo amor de juventud que había dejado por el padre de Melani.
Preocupada por el bienestar de su hija y por la posible reacción de su esposo, la madre de Melani buscó estar a solas con ella. En el rincón tranquilo del patio trasero, bajo la sombra de un árbol frondoso, ambas se sentaron.
"Melani, cariño", comenzó su madre con voz suave pero cargada de preocupación, "he encontrado algo que me preocupa mucho. Esta carta de Justino... ¿Estás enamorada de Justino?"
Melani, sorprendida por la franqueza de la pregunta, sintió un nudo en la garganta. "Sí, mamá", admitió con sinceridad. "Estoy enamorada de él."
Su madre la miró con ternura, pero la preocupación se reflejaba en sus ojos. "Melani, sabes cómo es tu padre. No sería feliz si descubre esto. Podría terminar mal para Justino."
El corazón de Melani latía con fuerza. Ella sabía lo que significaba para su padre el nombre de Justino, el hijo de un hombre con el que había tenido una amistad que terminó en un quiebre doloroso. Pero su amor por Justino era profundo y sincero, y no podía imaginar alejarse de él.
"Mamá, por favor", comenzó Melani, reuniendo valor. "Entiendo las preocupaciones de papá, pero no puedo evitar lo que siento por Justino. Especialmente después de todo lo que he pasado, no quiero vivir con la tristeza de alejarme de alguien a quien amo tanto."
Su madre la abrazó con cariño, sintiendo la lucha interna de su hija. "Lo sé, mi amor. Pero si esto va a continuar, Justino también debe ser consciente de las consecuencias. Si realmente te ama como dices, debería hablar con tu padre. En el peor de los casos, podría significar tomar decisiones más serias, como casarse."
Melani asintió, sintiendo la gravedad de las palabras de su madre. "Lo sé, mamá. Pero primero necesito hablar con Justino. Quiero que él entienda todo antes de tomar cualquier decisión."
Con un suspiro, su madre asintió. "Haz lo que sientas que es correcto, Melani. Pero ten en cuenta que esto podría cambiar muchas cosas para todos nosotros."
La conversación se quedó suspendida por la interrupción repentina del padre de Melani, cuya voz retumbó desde la casa mientras gritaba algo sobre las mujeres. Melani y su madre se miraron brevemente, compartiendo un instante de complicidad antes de que él entrara con paso firme.
"¡Chicos, se nos va el año y no podemos quedarnos quietos!", exclamó su padre, con un brillo juguetón en los ojos. "Melani se gradúa pronto y hay que celebrarlo como se debe. ¡Fiesta de fin de año en nuestra casa!"
La noticia hizo que Melani sonriera con complicidad, agradecida por el gesto de su padre de organizar una fiesta para celebrar su graduación con buenas notas y marcar el inicio de su vida adulta. En la familia, era una tradición honrar cada logro de los hijos con alegría y generosidad.
Durante los siguientes días, la casa se convirtió en un torbellino de preparativos para la fiesta de fin de año y la graduación inminente de Melani. Cada rincón se llenó de la excitación de los planes en marcha: las luces brillantes colgadas con cuidado en el jardín, las mesas adornadas con centros de flores frescas y el aroma tentador de las comidas que su madre preparaba con esmero. Melani se encontraba inmersa en cada detalle, desde elegir la música adecuada hasta asegurarse de que cada rincón reflejara la alegría y el orgullo que sentía por su logro académico.
Entre las tareas agitadas, encontraba momentos de pausa para reflexionar sobre la conversación con su madre. "¿Qué significaba esto para mi futuro con Justino?", se preguntaba a menudo mientras organizaba las sillas en el patio trasero o colgaba guirnaldas en el porche. Recordaba las palabras de su madre con claridad, y cada vez que lo hacía, sentía un nudo en el estómago. "Tengo que hablar con Justino antes de la fiesta", se repetía en silencio, deseando encontrar la oportunidad adecuada para discutir sobre el futuro de su relación.
Una tarde, cuando terminaba de ajustar los últimos detalles de la decoración con globos brillantes y cintas, su madre se acercó con una sonrisa cálida. "Melani, cariño, todo está quedando maravilloso", comentó su madre, admirando el trabajo conjunto. "Pero no te olvides de ti misma en medio de todo esto. Tu felicidad y tus decisiones son igual de importantes."
Melani asintió con gratitud, agradeciendo el apoyo constante de su madre. "Gracias, mamá", respondió sinceramente. "Estoy un poco nerviosa por hablar con papá y con Justino, pero sé que tengo que hacerlo."
Su madre la abrazó suavemente. "Lo sé, cariño. Tienes todo mi apoyo, pase lo que pase."
Su madre asintió con cariño, colocando una mano reconfortante sobre el hombro de Melani. "Es importante que ambos estén en la misma página, Melani. Tu padre no tomará esto a la ligera, pero si Justino está dispuesto a hablar con él y mostrar su seriedad, las cosas podrían ser diferentes."
La conversación se prolongó hasta que cayeron las primeras estrellas de la noche, y Melani supo que había un tiempo crucial por delante. Aunque el peso de la decisión pesaba en sus hombros, también sintió un alivio al tener el apoyo y la guía de su madre.