capitulo 2

2608 Words
Cuando llego a la oficina ahí estaba mi mejor amigo y cuñado, Sebastián. Nos conocimos desde que tenía 15 años él acababa de llegar del extranjero no conocía a nadie, era el raro del instituto por ser tan callado y reservado, me recordó a mí con la excepción de que yo era el popular de la escuela, un día me metí en una pelea en el campus del instituto con uno de mis compañeros que creía que estaba en su contra, que por alguna extraña razón siempre lo opacaba y quería quitarle todo, en esos momentos no entendía por qué lo decía; solo sé que ese día se acercó y me golpeo, así empezamos a pelearnos, estábamos por graduarnos y las peleas no eran bien vistas, si alguien peleaba lo expulsaban y ese era un lujo que no me podía dar, pero ahí estábamos golpeándonos, el cómo si se le fuera el mundo en ello y yo solo defenderme de su ataque hasta que en el fondo se escuchó la voz del director gritando, todo el mundo huyo como cobardes, cuando iba a correr el director me agarro del brazo diciendo: - Vaya, vaya,, pero miren quien es, esta vez no podrá escabullirse, ni graduarse por lo que veo - Cuando iba a hablar, a mi lado escuche: - Él no lo empezó, solo estaba hablando con una muchacha, este otro llego y lo empezó a golpear sin aviso ni nada, yo me metí y empecé a golpear al otro; él no hizo nada, estaba evitando que nos peleáramos hasta que usted grito y todo el mundo corrió. -Ese día me salvo el pellejo, termino con un reporte por ser el nuevo y no conocer las reglas, desde ese momento tiene mis respetos, pero no fue hasta la noche de mi graduación que se convirtió en mi mejor amigo y confidente. - Aja llego el hombre, me iba a empezar a preocupar; iba a mandar un comunicado por todas las redes: "rico empresario secuestrado por una belleza, rubia, sin cerebro en horas de la noche, aún no se sabe de su paradero". Su sarcasmo tan peculiar, por lo menos me saco una ligera sonrisa. - Hombre, esa cara, la pasaste tan mal anoche?. - Buenos días, Sebastián, no la pase mal anoche, pero no he tenido una buena mañana. -¿Tu rubia, no te logro relajar? - Lucrecia sabe muy bien relajar a un hombre, pero también sabe cómo amargar a uno; no estaba preparado para eso. -¿A ver, que te dijo tu bombón para que en vez de llegar con una sonrisa llegaras con una cara peor de la que tenías anoche? - Nada, solo empezó a decir estupideces de ser una pareja de "verdad", tener familia, decirle a todos y esas cosas. -Wuo, la rubia saco las garras. Te lo dije; algún día te iba a pedir más de lo que podrías darle, se va a aprovechar de ser tan amiga de Sabrina; que no se lo merece; no te extrañe que involucre a su papi y termines con una soga al cuello. - Deja el drama Sebastián, Lucrecia conoce nuestras condiciones, si lo sabe es porque nos viste en aquella reunión en la casa, pero he tenido más cuidado y sabe que no puede decir nada. - Vamos Gabriel, ella es como tú, acostumbrada a tener lo que quiere, por las buenas o por las malas, no fue ella la que te busco hasta que no pudiste rechazarla? - asentí- estás en su radar amigo y si quiere jugar a la casita contigo va a ser lo que sea para lograrlo lo sabes después no digas que no te lo advertí. - Dijo que me ama, que lo pensara y hablarlo. - Menciono la palabra amor, no sabía que conocía esos sentimientos; bueno, tengo mis dudas sobre eso. -¿No lo entiendo, porque le has tenido tan mala fe desde que la conoces? Sé que es difícil de tratar a veces, algo caprichosa, pero no es tan mala como piensas. - Mira Gabriel, sabes que soy sincero, nunca me ha caído bien, es frívola, acostumbrada a llevarse por delante a quien sea, esa no conoce la palabra, lealtad y mucho menos. Te lo dije cuando supe lo de ustedes, pero no insistí porque es tu vida personal, pero eso no significa que deba caerme bien o que cambie lo que pienso de ella... ¿Y bien qué vas a hacer? -No lo sé, me descolocó lo que me dijo; pensar en el amor, una pareja felizmente casada para toda la vida, no es lo mío, tú lo sabes, me gusta mi vida tal y como está, pero algún día mis padres van a empezar a exigir nietos y todo eso. Hombre, ya lo hacen. - Le tienes miedo al amor Gabriel, pero no todas las mujeres son como... - No la menciones sabes que no me gusta hablar de eso. - Algún día vas a encontrar esa mujer que pondrá tu mundo al revés, te sorprenderás cuando menos lo esperes y caerás redondito. Es más, me acuerdo que hace un año viste a una mujer que te gusto tanto que pusiste a todos nuestros hombres a buscarla. - Recuerdo que no la conseguimos porque la que me trajeron era una frívola, egoísta, por lo que resulto ser lo mejor y en cuanto a enamorado, estúpido, embobado por una mujer, no volverá pasar, todas son iguales, todas. Ya dejemos hablar estupideces y vamos a lo que nos compete; trabajo. - Cambia de tema, pero no todas son iguales, ahí está tu hermana; pero está bien, vamos al trabajo. Nuestro imperio está integrado por bancos, industrias, fundaciones, edificios, entre otras cosas; mi madre y mi hermana Sabrina mi mayor adoración, son las encargadas de manejar las fundaciones, mi padre maneja los bancos y yo los edificios e industrias; nos va muy bien, cada uno manejando lo suyo. Ahora por alguna razón mi hermanita me quiere involucrar en sus negocios, ha empezado hacer una obra benéfica; está reconstruyendo un edificio, un hospital para ser exacto, es sobre montar nuevas áreas, reformar otras y necesita de mis capacidades, tanto ingenieras como en negocios, ya que hay que realizar contratos y todas esas cosas, la idea no es mala. Mi hermana es muy humanitaria le gusta estar ayudando a todo el mundo, ha hecho obras y fundaciones por todo el mundo, sobre todo si están ligadas a niños y esta no es la excepción, se enteró de que existía en el hospital Melithes kerls un servicio para niños que sufren de autismo, síndrome de Down, trastornos del lenguaje, consulta que tratan a los prematuros, entre otros problemas, así que decidió ir, cuando llego a casa de mis padres, estábamos cenando, no paraba de hablar, lo único que decía era que había que reformar todo, la consultas eran muy pequeñas, los niños no tenían espacio para jugar y los doctores eran tan amables y amorosos con los bebes, etc. -Fue maravilloso papá, ver como las doctoras trataban manejar a los niños con autismo, ver como aconsejaba a los padres para poder manejarlos en casa, ver como atendían a los bebes, eran tan pequeñitos, que daba miedo cargarlos. -Me alegra muñeca; te ves emocionada, triste - ese, era él apodó de mi hermana, papá decía que cundo nació, era tan frágil que parecía muñeca de porcelana, así que se quedó como muñeca. - Si papá, ver tantos padres con tantas dudas, preocupaciones, tantos niños tan pequeños en un mundo muy diferente al nuestro, va gente debajo recursos, con tantos problemas, sobreviviendo con lo poco que tienen, me hace dar gracias a que mis hijos son sanos, que ninguno de nosotros ha pasado por esas necesidades. Tenemos que ayudar papá. - Que tienes pensado?- se le escuchó decir a mi madre. - Bueno, el hospital es grande, solo que mal distribuido y descuidado. Así que mi idea es usar esos lugares, expandir las consultas, abrir unas áreas nuevas para niños para que se distraigan mientras esperan hacer atendidos, darles comodidades a los médicos para movilizarse y cosas así. Por lo que pensaba que tú, mi querido hermano, me podrías ayudar. - Yo?, en que podría ayudarte, si se ve que lo tienes todo planeado. - Primero dinero obvio, ofrecí que el banco financiaría las reconstrucciones, ahí entras tu papá y tu hermano me ayudaras a diseñar las consultas y esas áreas. -Vaya hermana, sí que lo tienes todo planeado, pues muéstrame los planos del edificio y veamos qué hacer, ¿te parece? -Sabía que no me dirías que no. Te va a encantar este sitio ya verás cuando lo conozcas. -*- Esa noche en mi casa, después de una baño y junto a un vaso de whisky pensaba en todo lo que había dicho Lucrecia, sé que no soy un adolescente que en algún momento debo enseriarme, lo que demanda la sociedad; pero si algo sé es que en las mujeres no se puede confiar, son más traicioneras y venenosas que una serpiente, mentirosas, interesadas y falsas, saben como seducir para lograr lo que quieren y luego te apuñalan por la espalda, lo he visto en mi círculo social, veo como cada mujer usa su mejor sonrisa, actitud y gracia para llamar la atención de un hombre y siempre van por el más rico y cotizado, una vez que logran meterse en sus camas quieren el papelito de la mujer digna que fue engañada por el muérgano que ahora no quiere responder, es más lo he vivido. Mujeres todas iguales, como se supone que encuentre una que me sorprenda, por Díos. Lucrecia no es la mujer para eso, si me gusta, me enciende y a veces me ofrece una calma, pero no me veo en un matrimonio con ella ni con nadie, renuncie a todo eso hace años. No puedo quejarme he tenido a todas mujeres que he querido de todos los colores, gustos, estaturas, mujeres no me han faltado, me he divertido con todas y cada una experta en la cama, a veces me sorprendo como las mujeres son más expertas y liberales en temas sexuales que los mismos hombres, algunas han tenido más hombre que yo mujeres, pero quien soy yo para juzgar cada quién con su cuerpo; pero no niego que quisiera encontrarme una que no fuera tan experimentada no porque no me satisfaga sino por machista, esa es la palabra, que hombre no quisiera encontrar una mujer que fuera suya y de nadie más, ser el dueño de sus besos, sus caricias, ser el primer y único hombre que conozca sus gemidos, su olor, su sexo, etc. Todos sueñan con ser el primero de una mujer y el que diga que no miente; pero seamos realista en esta época eso no existe, las mujeres de ahora son zorras, pareciera que desde niñas les enseñaran como venderse, eso es triste, así como pensar en conocer a una mujer para compartir mi vida, todas me han demostrado ser iguales incluso Lucrecia; no hay mujer en este mundo que pueda llamar mi atención. Hace un año vi una mujer que hasta hoy sigue invadiendo mis sueños, recuerdo cuando entre en esa habitación jamás había visto tantos médicos juntos, entrar y ver tantas batas blancas me sorprendió, iba a apoyar a Sebastián en una charla sobre riesgos estructurales en hospitales y como afectaba a su salud, un tema aburrido, pero le debía una, así que ahí estaba en un salón apoyando a un buen amigo, no soportaba las miradas de la mayoría de las mujeres que estaban en esa sala me sentía como un filete a punto de que le saltarán encima, quería salir de esa sala lo más rápido que podía y cuando por fin mi amigo terminaba su charla mire hacia una esquina y ahí estaba ella, mirando su celular como si estuviera más entretenido que la charla, con su cabello castaño y largo rosado parte de su hermoso rostro blanco, poco maquillaje, usaba lentes que combinaba con su ropa unos labios carnosos y rosados que provocaba morderlos hasta desgastarlos, se veía incómoda, compartía su silla con otra mujer y no me miraba no existía en su campo visual y eso me molesto un poco; debo admitir cuando entraba a un cuarto tenía la atención de todos y ver como en esa sala me veían todas incluso su amiga sentada a su lado y ella no, eso me irritó bastante. Cuando Sebastián termino y todos aplaudieron, empezaron acercarse, yo solo miraba donde estaba ella, mi buen amigo se dio cuenta, y solo dijo: - A qué mujer le pusiste el ojo?. - A la más hermosa de todas. Estaba embobado, debo decir que cuando la vi levantarse de la silla fue como ver un monumento perfecto, no era la mujer típica de 60-90-60, ni nada por el estilo, todo lo contrario tenía unas piernas gruesas, caderas anchas, pero una cintura pequeña y abdomen plano unos pechos en el lugar correcto, Dios quería comerme a esa mujer y perderme en ese cuerpo, probar esos labios, su amiga le hizo un comentario que le provocó una sonrisa y eso fue lo que detono la bomba en mí; esa mujer debía ser mía, estar en mi cama esa noche, me acerque a Sebastián y le pregunte si conocía a las doctoras que estaban aquí y me dijo que a la mayoría, así que le señale esa mujer y le dije que me la presentara. -¿Estás seguro? No creo que diga que no es muy... Dada por así decirlo, de hecho, según lo que he escuchado, se parece a tu bruja sin cerebro. -Sí?, seguro y si es tan "dada" como Lucrecia no te va a costar nada. - Déjame y te la presento. - maravilloso, debo decir que me sentí un poco decepcionado cuando Sebas me dijo como era, pero para una noche que me importaba. Cuando íbamos hacía ella fuimos interceptados por otro grupo de mujeres, que empezaron hacer preguntas y cuando me vine a dar cuenta ella ya no estaba por ningún lado, se desapareció. Me obsesione tanto que obligue a Sebastián que la consiguiera, pero se presentó con una mujer distinta, muy distinta a mi apetitosa mujer, esta era morena, delgada, como las que estoy acostumbrado a tener, así que no pude culparlo por confundirse, solo hable con ella para no ser mal educado, fue una tortura es decir era guapa, pero no dejo de alabarse desde que llego, lo que tenía, lo que era, sus cargos, yo, yo, yo, no había escuchado tanto egocentrismo en mi vida. Cuando nos despedimos fui directo a donde Sebas. - Te divertiste?.- me pregunto. - ¿Quién diablos era esa mujer?, ¿dónde está la que te pedí?, te la señale y todo. - ¿No era esa?. - ¿Crees que si fuera ella estaría aquí con ganas de dejar a mi hermana viuda?. -Espera, pensé que era ella, cuando me la mostraste la señalaste a ella. - Pues no, no sé a dónde viste, pero definitivamente no era ella, diablos Sebastián!, esa mujer es insufrible. - Te lo dije, lo siento de verdad, pensé que era ella. Pero ya la buscaremos, si estaba en esa conferencia trabaja para ese hospital, así que la voy a encontrar de acuerdo?, jamás te he visto así por ninguna mujer. - Solo encuéntrala. - salí de su oficina. Seguí intentándolo unas semanas más hasta que me resigne que era una ilusión, que no la volvería a ver, que seguro es como las demás, pero tenía esa cara de ángel que enloquecía a cualquiera. Y aquí estaba un año después pensando en mi ángel y en qué parte del mundo estaría.
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