Capítulo 1
Mi cuerpo lucha y patalea mientras trato de liberar mi cabello de su agarré. Gritos de auxilio retumban en las paredes.
Estoy siendo arrastrada por un pasillo sin poder hacer nada por defenderme, mi fuerza no se compara con la suya.
Nos detenemos al pie de las escaleras y él me carga sobre su hombro, me sujeta con fuerza asegurándose que no logré huir. Mi pecho sube y baja ante una respiración forzada de mi parte, mi cuerpo tiembla solo con el pensamiento de lo que va a suceder.
Bajamos las escaleras hacia mi tortuoso destino, una pequeña habitación de cuatro metros cuadrados. Atravezamos otro estrecho pasillo, y sigo si parar de luchar y gritar. Aunque estoy demasiado asustada trato de aferrarme a algo pero no hay nada.
Voy dejando la huella de mi mano derecha pintada con sangre sobre la pared.
Llegamos a nuestro destino e inmediatamente él me deja caer al suelo. Mi cuerpo haciendo contacto violento con el suelo frío, me pongo de pie y enseguida siento como su puño se estampa en mi cara.
La ola de golpes sigue y sigue hasta que caigo nuevamente al suelo y en mi visión solo hay un rojo carmesi. De mi boca sale sangre y de mis ojos lágrimas de frustración y miedo. Ahora siento como sus pies se estrellan contra mi abdomen y otras partes de mi cuerpo.
Ya no puedo luchar ni siquiera puedo gritar, no tengo fuerzas para moverme solo siento como él sigue golpeandome y veo como el piso se mancha cada vez más con mi sangre. Mi vista se vuelve borrosa y luego solo veo todo n***o, no puedo evitar cerrar los ojos.
시작
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Abro mis ojos a la fuerza pues aún tengo mucho sueño. Estiro mi brazo derecho hasta la mesa que se encuentra al lado de mi cama, en esta hay una pequeña alarma de color n***o mostrando en su pantalla unos números rojos, son las seis de la mañana, presiono un botón y ese sonido molesto deja de sonar, el silencio inunda mi habitación. Me acurruco bajo mis sabanas y cierro los ojos...
¡NO PUEDE SER! me despierto dando un brinco de la cama y miro la hora en mi celular son las siete y diez.
— ¡Que! No puede ser, me quede dormida. Voy a llegar tarde —digo exaltada. Salgo corriendo hacia el baño, en segundos me doy una ducha, salgo y me visto. Como es tarde no pude lavarme el cabello así que está sucio, me paso rápidamente el peine tratando de aplacarlo un poco, me pongo una ligera capa de bálsamo sabor naranja en los labios.
Tomo mi bolso y salgo disparada de mi cuarto sin ni siquiera mirar mi aspecto en el espejo, bajo las escaleras y atravieso la sala como un relámpago, salgo de mi casa.
Subo a un taxi y gracias a Dios no hay tanto tráfico, el taxi lo conduce un señor un poco subido de peso, cabello n***o canoso y usa unos lentes. Luego de un tiempo el taxi se detiene frente a la universidad, le pago al conductor y me bajo. Camino por varios minutos atravesando todo el lugar, veo a muchas personas caminar a mi lado.
Por fin llego a un edificio, me detengo frente a la entrada mientras miro como los estudiantes pasan atreves de ella. Saco mi celular para tomarme una foto y enviársela a mis padres, me doy la vuelta y enciendo la cámara frontal, alargo un poco el brazo derecho para conseguir una vista mía de pie justo en la entrada. Mi rostro aparece en la pantalla y noto que mi cabello esta despeinado y mi flequillo está abierto.
— ¡Genial! estoy espantosa —murmuro para mí misma mientras con mi mano izquierda trato de arreglarlo; por suerte y con todo el corre, corre de esta mañana si me dio tiempo de ponerme: mi jean azul favorito, una blusa negra ajustada y por encima un suéter color café manga larga que solamente llega hasta la cintura, me encanta porque es holgado y suave, para terminar mi look relajado están mis Converse negros, sino fuera por mi cabello n***o con ondas totalmente desobedientes, mi look sería estupendo o eso es lo que yo pienso.
Ya con mi cabello arreglado, le sonrío a la cámara, en el instante que presiono el botón un chico con una camisa azul pasa justo a mi lado. Siento un escalofrió en todo mi cuerpo y mi piel se eriza. Tomo la foto y sin darle importancia a lo que acabo de sentir, guardo el celular sin mirar la foto y decido entrar.
Aquí adentró es muy grande, hay muchos pasillos y escaleras que llevan a diferentes plantas, no puedo disimular que estoy perdida. No me basta con ser un total desastre en mi vida y aspecto físico sino que también soy demasiado introvertida. Aún a mis casi 21 años siempre tenía que ir en compañía de mi madre a los lugares públicos. Pero ahora me toca aguantarme porque no puedo decirle a mi mamá que venga a estudiar conmigo. Eso sería vergonzoso.
—Hola —dice una chica acercándose a mí con una sonrisa cálida: es linda y casi de mí misma altura, tiene el cabello corto hasta los hombros y de un color castaño muy claro. Lleva un vestido verde de cuadros semi ajustado en la cintura y le llega hasta los muslos.
—Hola —me inclino un poco, ella hace lo mismo.
— ¿En qué departamento estas? —me pregunta.
—Estoy en administración.
— ¡Oh! enserio, yo también —resopla contenta y yo sonrió aliviada—, ¿Ya te registraste con los directores del programa?
—No. Aún no lo hago, lo que pasa es que no sé dónde ir —le digo avergonzada.
—Bien, entonces te mostraré donde es, ven vamos —dice y comienza a caminar, la sigo.
— ¡Ah por cierto! mi nombre es Yoona, Kim Yoona —murmura y me mira curiosa.
—Mi nombre es, Kang Eunji...
Después de registrarme, Yoona me enseña el salón de clases, ya hay varios estudiantes. Entramos y nos sentamos en unos asientos vacíos, están ubicados en una pequeña curva y como estoy sentada en el extremo derecho tengo una vista perfecta de todos los demás. Pasan unos minutos y el profesor entra, es un hombre ya mayor, esta vestido formalmente y por lo que estoy escuchando en su presentación es muy estricto.
De la nada me dan unas ganas de estornudar y lo hago dos veces. Como el salón está totalmente en silencio mis estornudos se escuchan como si tuviera un micrófono puesto, ¡qué vergüenza!, repite mi subconsciente, mientras todos me voltean a mirar y el profesor me regaña.
—Señorita, será que puedo continuar con mi presentación —soy consciente de que estoy como un tomate y ni siquiera puedo mirar al profesor.
—Lo siento —le murmuro avergonzada. Escucho a los demás reírse y murmurar sobre mí, que vergonzoso, me doy golpes mentalmente. La clase comienza y el profesor no para de hablar mientras nos muestra imágenes en una gran pantalla.
Estoy concentrada mordiendo la parte superior de mi lápiz y de la nada, no sé si por un instinto, giro la cabeza hacía mi izquierda y mi mirada se encuentra con unos ojos negros mirándome intensamente.
Por alguna razón mi corazón se detiene cuando veo que él susurra algo, debido a la distancia no lo escucho pero es como si entendiera lo que dice. Una sonrisa torcida aparece en sus labios y yo desvío mi mirada nerviosa hacía mis manos recostadas ahora en mi regazo y jugando entre ellas. Respiro profundo y no sé de dónde saco el valor, pero la curiosidad de saber si aún ese chico me está mirando o solo fue una casualidad me gana.
Lentamente giro mi cabeza y con timidez lo miro ¿por qué? Por qué me mira así. Es un chico muy, muy guapo: tiene el cabello n***o apuntando en diferentes direcciones, se ve que ha pasado con anterioridad sus dedos en el, dándole un toque despeinado que solo lo favorece. Un rostro totalmente perfecto sin rastro de barba o acné, tiene una mirada profunda, una nariz mediana y respingada, labios provocativos, una mandíbula muy marcada y masculina, lleva una camisa azul celeste con un botón suelto que deja ver un poco de su pecho y su piel la cual, es totalmente blanca.
Regreso mi mirada a mis manos y me doy cuenta que he estado conteniendo la respiración. Para poder controlarme decido volver a concentrarme en el profesor e ignorar el sentimiento inquietante que me produce ese chico.
Unos minutos después la curiosidad vuelve a atacarme y otra vez giro con disimulo mi cabeza para volver a mirar a ese chico. Sonrío para mí misma, esta vez no me está mirando, él está concentrado en la pantalla. Lo sabía solo fue una coincidencia, un chico tan perfecto como él, Por qué estaría mirándome.
Las clases han terminado y estoy recogiendo mis cosas, mientras Yoona se levanta rápidamente.
—Puedes adelantarte a la cafetería.
—Si. Claro pero ¿por qué? —le pregunto curiosa.
—Tengo que preguntarle algo al profesor, solo tardaré unos minutos. No quiero hacer que esperes aquí.
—Bien, no tardes —Le sonrío y me pongo de pié. Veo que ella se acerca al profesor y conversan un poco. Salgo del salón con dirección a la cafetería.
Estoy sentada en una de las mesas con mi comida sobre ella. Saco mi celular para enviarle la foto a mi mamá. La envió y escribo un corto mensaje diciéndoles que los extraño y que esperó que papá me perdone.
Los recuerdos del día que discutí con mi padre porque había descubierto los papeles de inscripción a la universidad regresaron a mi mente. La imagen de él enfadado porque fue mi abuela la que me había ayudado y alentado a venir a Seúl divaga por mi cabeza. Mi padre le guarda mucho rencor desde que ella no le permitió casarse con mi madre -una mujer extranjera y que tenía una hija de otro hombre- y ahora esto, definitivamente se sentía decepcionado.
Fue muy doloroso para mí tener que venir a Seúl sin su aprobación pero no quería quedarme mas en ese lugar, es mi madre la que siempre me apoya y va en contra de las reglas que siempre pone mi papá.
Reacciono y me doy cuenta que mi celular está apagado y justo cuando lo voy a encender, en la pantalla veo que atrás de mí -después de otra mesa- hay una persona observándome, no alcanzo a ver quién es, pues se ve borrosa la silueta ¿quién es esa persona? decido girar mi cabeza y ver quién es, lo hago pero no veo a nadie, solo hay dos chicas sentadas en la mesa de atrás y justo donde vi a la persona solo hay un cristal grande.
— ¿Me tarde mucho tiempo?—Me sorprendo y volteo de nuevo para encontrar a Yoona a mi lado—. ¿Que estabas mirando? —pregunta y se sienta mirándome intrigada.
—Nada —le doy una falsa sonrisa.
—Bien, comamos tengo mucha hambre —murmura y comienza a devorar su plato.
*
—¿Terminaste? —me pregunta y asiento con la cabeza.
— ¿Dónde vives, Eunji?
—Vivo cerca, a unas calles de aquí de hecho.
—Ahh, yo vivo lejos. Algún día te invitaré a mi casa, de acuerdo —sonrío. En ese momento un chico alto y atractivo, vestido completamente de blanco se acerca.
—Hola —nos saluda y nos sorprendemos ya que nos habla con demasiada familiaridad.
—Hola, superior —decimos al tiempo inclinándonos y el muestra una sonrisa cálida.
—Ustedes son del departamento de administración, ¿verdad? —asentimos.
—Bien, es que organizaron una fiesta de bienvenida en el gimnasio, Es una tradición que los de primer año asistan ¿vendrán, verdad? —dice y yo observo a Yoona quien está ligeramente ruborizada ante la presencia del superior.
— ¡Claro! no nos la perderíamos —suelta ella muy entusiasmada.
—Bien, síganme. ¡Oh! discúlpenme, mi nombre es, Ah Seowoo y soy el líder del departamento —Eso explica por qué se ve un poco mayor que nosotras.
Y es que a los estudiantes de último año se les encarga que coordinen y guíen a los de primer año, es por eso que los llamamos Superiores. Nos dirigimos al gimnasio; mientras, Yoona me comenta lo guapo que es el superior.
Llegamos y veo demasiados estudiantes de diferentes carreras. Se identifican por unas chaquetas de varios colores, Seowoo nos da unas chaquetas purpuras y nos las ponemos. Caminamos entre las personas hasta que encontramos con el resto y nos sentamos junto a ellos formando un pequeño círculo.
Después de sentarme levanto la vista y oh sorpresa veo a ese chico otra vez, pero esta vez está más cerca, él está hablando con otro chico que está a su lado. En medio del círculo hay una mesa con botellas de cerveza, vasos y unos bocadillos.
—Ok chicos, tomen un vaso y brindemos —dice Seowoo después de servirlos. Tomo mi vaso.
—Porque nuestro departamento sea el mejor y todos seamos amigos.
— ¡Salud! —gritan todos en una sola voz.
—De un sorbo —dice otro chico emocionado. ¡Que! Yo nunca he tomado, miro a todos y lo están haciendo. Sin pensarlo dos veces me tomo la cerveza ¡Uhg! Paso el trago con dificultad y siento que la garganta me arde.
—Eunji, vamos a tomarnos unas fotos —murmura Yoona, sacando su celular del bolso.
—Claro —dejo el vaso sobre la mesa...
Después de tomarnos varias fotos, una chica de cabello largo y piel perfecta se pone de pié para llamar la atención de todas. Ella está a mi otro lado y parece muy emocionada.
—Chicos, porque no jugamos algo divertido —sugiere y todos asienten alegremente luego de tomarnos varios tragos—. Tu Yuntae, dinos ¿qué deberíamos jugar? —dice señalando a aquel chico.
Entonces su nombre es Yuntae, hasta su nombre es lindo. Él se sorprende cuando ella le pregunta, y un poco tímido se pone una mano en el cuello, para luego mostrar una hermosa sonrisa que emociona a todas las chicas.
—Lo siento, es que yo no sé mucho de juegos —¡wow! se ve tan tierno sonriendo, tiene una hermosísima sonrisa. De repente mi celular suena, lo miro, ¡es mamá! ella me está llamando.
—Yoona, me tengo que ir. Nos vemos mañana —le aviso a Yoona y me levanto, ella asiente. Salgo rápidamente del gimnasio y la brisa golpea mi rostro, dándome a entender que no debí beber tanto: ya que esta es mi primera vez tomando alcohol y todo me da vueltas. Ya afuera contesto.
— ¿Mamá?
—Si hija, soy yo.
— ¿Cómo estás? ¿Cómo esta papá? —pregunto angustiada, sé que el que tu mamá te llamé es algo normal, pero en mi caso, nosotras no hemos tenido contacto desde que llegué a Seúl.
—Nosotros estamos bien, y tu querida, ¿cómo estás? No te has enfermado, ¿verdad?
—Mamá, te extraño. Extraño a papá —le digo llorando.
—Nosotros también pequeña, te amamos, y estamos muy orgullosos de que estés en la universidad.
— ¿Enserio? —sollozo intentando retener las lágrimas.
—Dime ¿has estado comiendo bien?
—Sí, mamá, no te preocupes yo estoy muy bien.
—Que bien. ¡Ah!, Hmm hija te llamo después.
— ¡Mama! no cuelgues —exclamo y sé muy bien que colgó porque papa llego a casa... Aun así estoy muy feliz de poder escuchar su voz. Guardo mi celular, me limpio las lágrimas con las mangas de la chaqueta y comienzo a caminar para irme a casa.
Durante todo el camino me he sentido extraña y constantemente miro hacia atrás, por qué tengo una espeluznante sensación de ser vigilada y además me duele cabeza. Al fin llego a casa, entro y me tiro en el sofá de la sala. Me quito la chaqueta y la pongo a mi lado.
—Me duele mucho la cabeza. Será mejor que me acueste —subo a mi cuarto el cual está totalmente oscuro, enciendo la lámpara y busco mi pijama en el armario, me cambio. Me recojo el cabello, apago la lámpara y me acuesto.
...~{Estoy desecha tu amor es mi favorito pero puede ser muy peligroso. Miranos, al final todos mentimos.
— ¡Yo no tengo ninguna hija! ella murió.
—Hola hija ¿que fue lo que hiciste?
—Lo siento mamá, la vieja Eunji no puede hablar contigo.
— ¿Por qué?
—Esta muerta}~...
Abro bruscamente los ojos y mi respiración es agitada. Al pie de mi cama, en medio de la oscuridad veo la silueta de un hombre.
Me asusto y rápidamente me giro para alcanzar la lámpara. La enciendo y vuelvo a mirar, no veo nada, no hay nadie. Me pongo las manos en la cara y noto que estoy sudando.
—Vaya, será mejor que no vuelva a tomar. Me estoy volviendo loca —exclamo haciendo una mueca y apago nuevamente la lámpara. Trato de dormirme.
Despierto, esta vez sí le hago caso a la alarma y me lavo el cabello, me pongo un short n***o y una camisa holgada blanca con unas sandalias. Me quito la toalla que tengo enrollada en el cabello, y con la secadora lo seco, después de peinarme bajo a la cocina para desayunar.
**
— ¡EUNJI! —se escucha un grito eufórico, el cual llama toda mi atención. Es Yoona quien viene corriendo a toda prisa, sonrió por qué su corto cabello se levanta cuando corre.
—Mira —me dice mostrándome su celular apenas llega su respiración es un desastre.
— ¿Qué es? —le pregunto al ver mi foto en la pantalla, Ya que no recuerdo haberme tomado esa foto.
—Ayer, hicieron una lista de las chicas más guapas de la universidad, y tú estás en el primer lugar de las de primer año.
— ¡QUE! —abro mis ojos en sorpresa y ella se ríe.
—Acaso no sabías que eres guapa —cuestiona colocando una mano sobre su cintura y yo niego.
—No pensé que tanto —comfieso tímida.
—Sí, incluso hay debates de quién de las dos es más bella.
— ¿Quién es ella? —le pregunto interesada. Yoona pasa su dedo por la pantalla, y aparece una foto de una chica.
—Su nombre es, Susi Lee. Es del departamento de psicología y es su segundo año —la observo bien, es hermosa, cabello n***o y piel pálida, rostro perfectamente perfilado y actitud de diosa, es ese tipo de chicas que ves y te da la impresión de ser una estrella famosa.
—Y yo que quería ser invisible —murmuro con frustración.
— ¡Invisible! después de esos estornudos de ayer, no lo creo —se ríe—, ¡Ahh! y Han Yuntae también quedo en primer lugar.
—¿Han Yuntae? —pregunto y ella asiente.
—Y tienen razón, él es el más guapo y además es agradable.
—Enserio, como sabes eso —pregunto curiosa pero a la vez trato de parecer discreta.
—No lo sé. Él siempre está sonriendo, es amable y su manera de comportarse es muy tierna —hace un puchero emocionada.
—Ahh, pensé que lo decías por la fiesta de ayer, que no iban a empezar a jugar cuando me fui.
—No, sobre eso, él se fue después de ti. Creo que tuvo algo que hacer.
—Hmm y como estuvo, ¿te divertiste? —pregunto mientras nos adentramos al salón.
*
—Creo que no le gusto al profesor —le murmuro a Yoona mientras tomamos asiento en una mesa para comer.
— ¿Lo dices por la pregunta que te hizo?
—No, fue por el tono en que lo hizo —aclaro triste.
—O tal vez no soporta que seas la más linda —se burla y me saca la lengua.
— ¡Oye! —la reprendo sacándole también la lengua y nos reímos fuerte como tnudillos
—Disculpen chicas, ¿podemos sentarnos? —nos pregunta de pie frente a nuestra mesa un chico alto, delgado y muy guapo. Cabello n***o, lleva uno Jean rasgado y un suéter manga larga n***o, y a su lado esta Yuntae: con esa cara y cabello perfecto, un suéter verde y unos lentes, ¡se ve divino!
Calmate Eunji no demuestres lo poco que veías chicos guapos en tu antiguo hogar.
—Claro, siéntense —dice Yoona emocionada salvandome ya que yo no puedo ni moverme. Ellos se sientan, Yuntae frente a Yoona y el otro chico frente a mí. He de resaltar que si lo vi ayer, era el que estaba conversando muy alegre con Yuntae pero no me había fijado lo atractivo que es, y se nota a leguas que trata de cubrir sus tatuajes, lo sé porque un poco de tinta negra se escapa entre sus nudillos.
—Ayer no pude conocerte porque te fuiste muy temprano, así que. !ey! soy Sooho y él es mi amigo, Yuntae —dice eso tímido pero a la vez muy seguro y luego señala a Yuntae, este sonríe mientras inclina un poco su cabeza.
Sería un pecado decir que Sooho no es demasiado guapo; pero el que está sentado a su lado, para mí es otro nivel, ambos son atractivos de maneras diferentes: Sooho tiene pinta de bad boy y Yuntae; aunque se ve tierno su mirada dice lo contrario.
Mi amiga ahora sonrojada, me aprieta la mano por debajo de la mesa para que reaccione; pues estoy paralizada.
—Hola, soy kang Eunji —murmuro un poco torpe.
— ¡WOW! eres muy linda —dice Sooho alagándome, estoy segura de que estoy sonrojada; mientras miro a los dos chicos frente a mí como una estúpida.
— ¿Podrías darme tu número?
— ¡Oye! harás que se avergüence; además ella podría tener novio —le regaña Yuntae dándole un golpecito en el hombro y riéndose, seguro se está burlando de mí por parecer una tonta.
—Oh, eso es cierto ¿tienes novio? —me pregunta Sooho, veo un poco de preocupación en su cara, niego con la cabeza incapaz de hablar.
Él me da su celular dejando atrás cada signo de preocupación; para así darle la bienvenida a una sonrisa victoriosa. Recibo su celular mirando de reojo a Yoona, quién está tratando de no reírse. Escribo en su celular mi número y se lo devuelvo, él me sonríe.
Parece que ambos planean quedarse en nuestra mesa, así que mis nervios salen a flote y no puedo evitar mirar a Yuntae; más bien apreciar cada parte de su cuerpo: sus brazos que a pesar de estar cubiertos por tela se puede ver claramente sus muy definidos músculos, su amplio pecho, sus fuertes hombros, su mandíbula la cual está más marcada que hace un rato, sus labios son tan provocativos y a la vez suaves.
Elevo mi mirada un poco más y una electricidad me recorre, cuando notó que él me está mirando fijamente, me descubrió mirándolo de tal forma como si quisiera comérmelo, en que estoy pensando. Él está mirándome con mucha curiosidad, lo cual hace que mi estómago se contraiga.
Una sonrisa ladina sale de aquella boca tan provocativa, para después concentrarse en la alegre conversación que están teniendo mi amiga Yoona y el chico de los tatuajes, la cual, ni siquiera había estado escuchando.
—Al parecer le gustas a Sooho —me susurra Yoona al oído; mientras levanta una ceja.
—No digas tonterías —le susurró avergonzada.
—Estoy segura, le gustas...