MARK Estoy trabajando en el despacho de mi apartamento. Es sábado, así que estoy adelantando unos pendientes que merecen mi atención, pero no me puedo concentrar. Solo hay una persona en mi mente y esa es Alicia, todavía me siento culpable de lo que paso. Ayer cuando Gia salió de su habitación estaba muy afectada. Se le veía triste y ella es la viva imagen de la alegría así que supongo que estaba mal... Por mi culpa. Si, soy una bestia, no he querido llamarla no quiero que piense que estoy interesado en ella. Pero ¿A quien engaño? si me interesa. Pero no, no voy a caer de nuevo eso no me va a pasar de nuevo, necesito desahogarme y no pensar en ella y que mejor que llamar a Mónica, así que agarro el teléfono y le marco. —Hola —contesta muy melosa. Esta mujer es desesperante, pero de que es buena en la cama lo es, así que ¿Qué más da? —Hola, preciosa ¿cómo estás? —Bien amorcito. Esperaba que me llamaras ¿sabes? no tengo nada que hacer y de verdad quiero verte —pongo los ojos en blanco, porque maldita sea tiene que ser tan melosa. — A ver Mónica. No me digas nada, porque yo siempre he sido sincero en lo que tenemos y tu estuviste de acuerdo desde el principio, solo somos compañeros de sexo ¿sí? —ella respira profundo y sé que viene el problema —Escúchame Mark. Si acepte lo que teníamos era porque yo pensaba que tú y yo con el tiempo podríamos tener algo mas —dice con una rabia contenida y tengo que hablar claro —Mónica. Dime si quieres seguir con nuestro acuerdo ¿sí o no? yo te dije que no busco una relación seria y en eso quedamos, no quiero compromisos así que está en tus manos si quieres que sigamos adelante o lo dejamos por la paz. Porqué veamos, tú te beneficias cuando te propongo como imagen de las campañas y de los desfiles —digo irritado porque todas estas mujeres solo quieren lo que les puedo dar para impulsar sus carreras y la verdad no me interesa lo que busquen si yo consigo lo que me interesa— así que responde, porque quería encontrarme contigo hoy. Pero si no quieres más nada no importa olvídalo —ella solo está en silencio, estoy por cortar cuando la escucho. — Bien amorcito. Tienes razón, pero es que tú tienes que entenderme yo de verdad te quiero a ti —más bien mi dinero pienso—pero quiero que consideres tener algo más formal conmigo —aquí vamos. Que te conozco bien Mónica —No sé...—pero ella me interrumpe —Vamos amorcito. Ya —es hora de que superes a Carolain y... —la corto —No vuelvas a nombrarla de nuevo ¿me entiendes? —le digo apretando mis dientes por la ira acumulada. —Está bien amorcito. Nos vemos esta tarde en donde siempre ¿te va bien a las cinco? —pregunta. —Si. Está bien, hasta entonces Mónica— termino mi llamada. No quiero recordar a esa mujer, me enferma y me hace que me quiera dar contra un muro por ser tan blando e ingenuo con una mujer. Solo pensar el día que la encontré en la cama con su amigo el supuesto gay, todo era un montaje. La muy perra me estaba sacando dinero y mantenía a su amante y ¡claro! yo soy el más carbón de todos, lo recibí ya que supuestamente era el mejor amigo de mi novia y no me estaba dando cuenta que no era tan gay como aparentaba y no solo eso, sino que se estaba follando a mi novia a mis espaldas. Por eso desde ese día me dije que ninguna mujer me iba a tomar por idiota, todas son unas interesadas materialistas... El sonido del timbre me saca de mis pensamientos salgo del despacho, abro la puerta y esta mi amigo con una cara que da pena ajena. —Hey ¿qué paso? ¿porque esa cara amigo? —pregunto haciéndolo pasar —Qué quieres que te diga. Estoy jodido— suspira y tengo la seguridad de que se debe a un par de piernas — Escúpelo ¿quién es? —le digo buscando un par de cervezas y las llevo hasta la sala donde tomamos asiento, el solo me mira, pero no dice nada —vamos. Ya dime que no soy la inquisición— le digo, respira hondo y empieza su letanía. —A ver. Si hay alguien, bueno siempre lo ha habido solo que antes no lo quería ver porque esta persona era muy joven y tenía un futuro por delante. En pocas palabras, no quería retenerla conmigo si iba a renunciar a su sueño —creo que mis cejas llegaron hasta mi cuero cabelludo de la impresión, Mario hablando de esa manera. esta jodido. —Y..... —lo animo a que siga — Bueno. Que la he vuelto a ver y la quiero conmigo, pero no sé cómo acercarme a ella es estúpido ¿no? después de tantas mujeres que hemos tenido no sé cómo actuar con ella. Parezco un crio— se jala el cabello hacia atrás y ahora si estoy intrigado — A ver, dime... ¿estas?... joder ¿estás enamorado? —lo miro incrédulo el frunce el ceño y luego emboza una sonrisa y hay esta mi respuesta —Si amigo, siempre he estado enamorado de ella... ella es sencilla, nada superficial como las típicas mujeres que vemos. Ella es una gran mujer y la amo ¿ya? ¿feliz? Y ahora que la volví a ver la quiero para mí y de verdad quiero alejarme de esa vida que no me trae nada bueno — Como que no te trae nada y ¿el buen sexo qué? —Pone los ojos en blanco y me responde — No Mark. Yo con ella quiero algo más serio —estoy con la boca abierta —Pero hay algo que no entiendo ¿qué te tiene tan jodido que no sabes qué hacer? —pregunto —Bueno... es que primero no le he dicho que la quiero siempre la trate con indiferencia y además hay otro problema —me mira y dice—es que no se si... bueno es que... —¡Dime ya! ve al punto —le digo desesperado—¿qué coño pasa? pareces una puta película de suspenso —Está bien. Es que quiero saber si tú no te molestarías...—lanzo una carcajada, ¿qué coño? — Me estas pidiendo permiso cielito, pero si yo no soy celoso —le digo burlón el me da un puñetazo en el brazo —No te burles ¡joder! que es difícil para mí, lo que quiero decir es que esta mujer es... es... coño que amo a Gia. Decir que mis ojos no están abiertos como platos es poco me levanto de un salto —¿¡Pero que mierda dices!? —Le grito. Joder si es mi hermanita— venga ¿Es una broma —el me mira y niega— ¿desde cuándo estás enamorado de ella? —Desde siempre, pero cuando supe que se iba a estudiar a Londres no quise decirle nada ¿me entiendes? —asiento sorprendido —Yo no soy quien para meterme en sus vidas pero te conozco y sé que la puedes hacer sufrir hombre —él niega con la cabeza —Que nos conocemos y sabes que digo la verdad. —No Mark. Yo la amo, voy a intentar conquistarla—lo miro sorprendido, mi hermana es una buena mujer y se merece lo mejor pero lo que no sé es si Mario es lo mejor, pero qué coño se yo de esto, además es mi amigo y parece sincero —Bueno amigo yo no soy nadie ustedes son adultos por mí no tienes por qué preocuparte pero si le haces daño me olvido que eres mi hermano y te guindo de tus pelotas ¿Me entiendes? —Le advierto con toda la seriedad que la situación lo amerita. El me mira sorprendido por mi epíteto y asiente —Está bien amigo te juro que eso no va a pasar. Créeme, quiero conservarlas —eso me hace reír. —Eso espero y ahora si me disculpas me voy a cambiar porque tengo una cita con Mónica —él pone los ojos en blanco y me dice —Deja a esa mujer. No te conviene, que paso con la amiga de Gia. Es linda, simpática y con todo respeto la condenada esta buena —lo miro como para matarlo y el levanta las manos a la defensiva—Yo solo decía —Si. Tu solo decías, si quieres algo con mi hermana vas a tener que dejar de hacer ese tipo de comentarios y no hables así de Alicia —Huy. Te gusta ¿verdad? —se ríe entre dientes —Ya. No sea payaso, claro que no —miento—no voy a negar que es linda, pero es solo eso. Además, con lo que paso... —me detengo —Si. Si hombre ya sé, pero puedes remediar las cosas ¿no? —pregunta y yo niego con la cabeza. —Bueno. Solo piénsalo, ya es hora de que busques algo real —me dice serio— y te dejo para que te cambies y vayas con la chupasangre de Mónica amorcito —se ríe —Si claro. Payaso, además ella es real ¿o no? —Si te refieres a todas sus cirugías e implantes... Si ella es la definición de real —dice sarcástico —Ya cállate. c*****o —me rio — Me voy, llámame a ver si quedamos a tomar algo esta noche ¿te parece? —Si hombre me parece, a penas termine mis asuntos te llamo — Perfecto. Adiós y piensa en lo que te dije, no todas son unas perras interesadas y gracias por comprender que amo a tu hermana —asiento y sale de mi departamento. Me dirijo a mi habitación para cambiarme e ir al hotel, nunca traigo mujeres a mi piso, es mi refugio privado, todas mis aventuras siempre van al hotel donde tengo una suite reservada siempre, se puede decir que es mía. Una vez listo me dirijo a mi coche y le envió un pin a Mónica que voy en camino. ⭐⭐⭐⭐⭐❄️⭐⭐⭐⭐⭐ Llego al hotel. Saludo al portero y paso directo a los ascensores ya que poseo la llave desde hace tiempo debido a que soy cliente Premium. Llego a la suite emperatriz y espero que llegue Mónica, a los 5 minutos tocan mi puerta y sí. Hay esta, la miro y llegan a mi mente las palabras de Mario "busca algo real" pero yo no sé si quiero algo real. Mónica me saca de mi reflexión. —Hola amorcito. Tenía ganas de verte—dice mientras se tira sobre mí y me besa—te —me besa—extrañe mucho —Si Mónica. Yo también —miento, la tomo por la cintura y la pego más a mí, ella gime en mi boca, me toma del cabello y me aprieta más a ella, bajo mis manos hasta su trasero y la levanto. Rodea mi cintura, saca mi camisa por encima de la cabeza, se encarga de mi cinturón y de mi cremallera, mete su mano en mi bóxer y me acaricia la punta del pene, así la llevo a la cama y le saco el vestido, ella solo lleva unas bragas de encaje rojo. En un movimiento las rompo, paso mis dedos por sus pechos y se retuerce, luego succiono, lamo, muerdo sus pezones y ella gime alto —Dios amorcito. Me vuelves loca...Mmm —me dirijo a su sexo y poso mis dedos en su clítoris eso la hace gritar — Shhh, calma que esto está solo que empieza preciosa —ella jadea. Esta mojada así que juego con su clítoris un rato, meto un dedo en su cavidad luego otro y otro mientras le prestó atención a sus pezones en un momento la llevo al orgasmos —¡Mark! ¡o Dios! —grita mientras se corre, rápidamente me deshago de mis pantalones y mis boxes me coloco el preservativo y mientras ella todavía está bajando de su orgasmo la penetro con una estocada que la hace gritar y a mi jadear alto, me muevo rápido y duro mientras froto de nuevo su clítoris y muerdo sus pezones. Ella se aferra a mis brazos —Mierda... Joder... —grita y ya no aguanto más. Me muevo un poco más y siento que de nuevo va a llegar a su orgasmo y nos corremos los dos al mismo tiempo, me dejo caer encima de ella respirado con dificultad. Así pasamos el resto de la tarde, después de horas de sexo me doy cuenta que ya anocheció. —Ves, amor. Que somos muy bueno justos —dice con dificultad mientras me muevo de encima de ella y me coloco al lado —Si claro. Si tú lo dices —le respondo con indiferencia, pero no sé porque ahora que estoy saciado, me siento vacío y que me falta algo, y no sé qué mierda me pasa, Mónica me interrumpe cuando intenta acostarse en mi pecho, instintivamente me levanto. Nunca me ha gustado involucrarme más de lo debido, ella solo me mira con el ceño fruncido así que le digo que necesito una ducha a lo cual ella me dice que me acompaña. —No —respondo— quiero estar solo un momento ¿está bien? —Está bien amorcito —responde no muy convencida Me meto y dejo que el agua caliente relaje mis músculos, no entiendo que me pasa será que me estoy volviendo loco... estoy hecho una mierda. La mujer que llega a mis pensamientos es Alicia, pero qué coño me pasa, ella sí que es real Jesús. ¡Ese trasero y esas curvas mmm...! de inmediato tengo una nueva erección joder! cambio la temperatura del agua necesito enfriarme, salgo del baño y Mónica está dormida así que recojo mi ropa y me visto. Le escribo una nota diciendo que se me presento un compromiso familiar y no me puede negar, me siento una mierda, pero ya no más. La próxima vez que vea Mónica será para dejar esto por la paz no se merece lo que le estoy haciendo. Salgo de la habitación y llamo a Mario — —le pregunto —— dice —Que te importa. ¿Dime? ¿en el bar de franklin?> — Cuelgo y me dirijo hacia el bar para tomar unas copas y divertirme con mi amigo y quizás le diga cómo me siento... no me jodas, si parecemos un par de viejas haciéndose confidencias.