Capítulo 6

1134 Words
Solo sé que nunca la lastimaría Una vez que terminamos, pido la cuenta, puedo notar preocupación en el rostro de Angeles, ella y Laura se hacen señas, Angeles me mira y sé que está más ruborizada que nunca —Alex ¿cuánto es de cada una? – pregunta por fin, quito la mirada de la cuenta, y la miro con tranquilidad —No se preocupen, yo las invite – digo sin importancia, pero Angeles parece incomoda —No, ¿cómo crees? nosotras pagamos lo nuestro – dice con exaltación, la miro fijamente, cualquier mujer estaría feliz porque la invitara a comer y a Angeles lo único que le preocupa es que yo no pague la cuenta, eso significa que no le importa el dinero, cada día me sorprende más, pero jamás permitiría que ella pagara. —De verdad Alex, nos sentiríamos mejor si –  dice pero la interrumpo —Yo las invite, yo p**o, fin de la discusión – digo seriamente, y después le sonrío, todo en ella me encanta Estamos de regreso en la oficina, me bajo del elevador con ellas —Gracias por la comida estuvo todo muy rico – dice Laura, estoy parado frente a Angeles, solo nos separa su escritorio y la verdad es que tengo unas enormes ganas de quitarlo de mi camino y tomar esos hermosos y finos labios con mi boca —Y a ti Angeles ¿te gustó? – pregunto sin poder dejarla de mirar —Si claro, gracias, estuvo todo muy rico – dice ella sonrojada —Bueno señoritas, fue un placer comer con ustedes – digo y me dirijo al elevador, las puertas se abren y me giro para mirarla una vez más, ella sigue mirándome también, tiene una hermosa y tímida sonrisa en sus labios, entro al elevador y las puertas se cierran Esta comida fue mejor de lo que esperaba, hubiera sido mucho mejor si solo hubiéramos ido Angeles  y yo pero Laura también es muy simpática, además Angeles no hubiera aceptado ir sola conmigo, creo que no me tiene confianza, pero yo me la ganare, no sé qué me pasa con  ella, pero no me puedo resistir más. El día termina, he estado muy relajado, de verdad me hizo bien estar con ella, es fascinante perderme en esa mirada llena de inocencia, sé que no la conozco bien, solo lo que me ha contado de su familia, pero parece que la conociera de toda la vida, solo con mirarla sé que es buena y noble, no le importan las apariencias ni el qué dirán, es honesta y su mirada transparente refleja la belleza de su interior. Estoy en mi cama, recordando la comida con ella, como reía para mí, como su mirada intensa se fijaba en la mía, creo que Angeles está entrando directo hasta el fondo de mi corazón y lo peor de todo es que no puedo hacer nada. Llego a la oficina, tengo mucho trabajo, es medio día y no he sabido nada de ella desde ayer, necesito saber si está bien. De inmediato escribo un correo electrónico, donde le pregunto si se la pasó bien ayer y la invito a tomar un café, solos ella y yo, lo envío y pocos minutos después recibo la respuesta De: Angeles Bracamontes. Asunto: Comida de ayer Fecha: 10 de marzo del 2009, 12:25 Para: Alex Cantú Alex, me gustaría mucho tomar un café contigo, y gracias por la comida de ayer, me la pase muy bien. Angeles Bracamontes Asistente de sistemas de  Empresas Cantú S.A de C. Sonrío al ínstate, aceptó salir conmigo, es lo único que necesitaba para que mi día estuviera perfecto, le mando un correo diciendo que la espero a la salida, ella acepta, no sé qué voy a hacer pero las horas se me van hacer eternas esperando volver a verla. El día pasa tranquilo, estoy demasiado ansioso por verla de nuevo y estar cerca de ella, faltan menos de 5 minutos para las 7, apago mi máquina y salgo de la oficina, entro al elevador y oprimo el botón 5, el elevador baja y se abren las puertas, esta ella sentada en su escritorio, su mirada se encuentra con la mía, aunque no es la misma dulce y tierna mirada, hay algo diferente en ella, es una mezcla de tristeza y desilusión —Hola Angeles, ¿estas lista? – pregunto con una sonrisa pero ella me mira con decepción —Disculpe Sr. Cantú pero no tengo tiempo de salir, tengo que llegar a mi casa, con permiso –ella y toma su bolsa, dejándome parado sin entender que le pasa, se dirige al elevador pero antes que entre la tomo por el brazo y la giro hacia a mi — ¿Qué te pasa?, ¿por qué estas así, hice algo para que te enojaras conmigo? – pregunto y la miro fijamente —No Sr. Cantú, ¿me puede soltar por favor? – dice y se suelta de mi agarre, está molesta, y no tengo idea porque —Estás molesta, eso hasta un tonto lo nota, dime ¿por qué? –digo y esta vez mi tono es severo —No creo que lo que me pase le quiete el sueño Sr. Cantú – dice ella, pero la tomo nuevamente del brazo —Créeme, me lo quita, ahora dime que tienes o no vas a salir de aquí – digo y es la verdad, si supiera que es la causante de mis desvelos —Sr. Cantú mi hora de salida es a las 7, el ingeniero Raúl me dijo que no me necesita por el día de hoy, así que me retiro a mi casa – dice secamente, no entiendo porque se comporta así, no he hecho nada para ofenderla, es obvio que no me va a decir que le pasa, esto es tan frustrante, hace mucho que no le sigo el juego a una mujer cuando se enoja, por lo general cuando eso pasa me voy sin importarme volver a ver a la mujer en turno, pero con Angeles es diferente necesito saber qué le pasa —Ya veo, pero si Raúl ya no la necesita yo si  Señorita Bracamontes, y necesito que en este instante me  diga qué demonios le pasa – digo con enfado, quiero saber qué le pasa y estoy empezando a desesperarme —No me pasa nada Sr. Cantú, ¿puedo retirarme? – dice con la mirada fría, la miro con enojo y frustración —Está bien Srta. Bracamontes, que tenga buenas noches – sé que está muy molesta y no me va a decir  nada, es mejor que deje que se vaya —Buenas noches  Sr. Cantú – dice y entra al elevador, las puertas se cierran frente a mí y su mirada llena de rabia abandona la mía.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD