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— ¿Se puede saber a dónde vas? – digo con enojo, sé que tanto Laura como Celso nos miran sorprendidos, pero no me importa —A mí casa, es la hora de salida – dice con sarcasmo, y comienzo a desesperarme —Si, ya sé que es tu hora de salida, me gustaría acompañarte – contesto con el mismo tono —Ah, no te preocupes, creo que tienes muchas cosas interesantes que platicar con el Ingeniero Raúl – dice con enfado, y la miro con irritación —Vamos, te llevo a tu casa – digo y la tomo del brazo sin darle tiempo de responder, se despide de Laura y de Celso y entramos al coche. Manejo en silencio, Angeles no ha dicho ni una palabra, esta pensativa y visiblemente enojada, ¿porque Raúl tuvo que mencionar a Susana? La miro de reojo, ella solo mira la venta, me paso la mano por la frente, este sile