TOM
Zara no me ha hablado desde el sábado, le he enviado varios mensajes de texto, e incluso la llamé un par de veces para asegurarme de que estuviera bien, pero ella ignoró mis mensajes y mis llamadas.
Así que hoy lunes llegué un poco más temprano para esperarla en la entrada y tratar de hablar con ella, no quiero que las cosas entre nosotros queden en malos términos, preferiría al menos que me hablara, pero conociendo a Zara, probablemente me vaya a alejar completamente de ella, y eso es algo que no quiero que pase.
Cuando ya llevo quince minutos afuera sin que vea rastro de Zara, dudo en si entrar para esperarla fuera de la oficina, aunque me abstengo de ello, pues sé que eso sólo causaría más rumores sobre nosotros en la oficina de los que ya hay; por lo que decido esperar hasta que sea mi hora de entrada.
Aproximadamente cinco minutos después, un Lamborghini Urus se estaciona justo frente a las puertas de la compañía y la puerta trasera se abre para dar paso al idiota mayor, quien está vistiendo un traje de corbata azul oscuro, mi rabia inmediatamente empieza a crecer, pero se hace aún mayor cuando él se hace a un lado y estira su mano, la cual es tomada por una mano delicada e inmediatamente después, Zara sale del auto vistiendo un conjunto de pantalón de color rosa claro.
Me doy vuelta y paso por las puertas principales con rapidez, rogando porque ninguno de los dos me haya visto, tengo tanta ira que prefiero tomar las escaleras para tratar de calmarme un poco antes de llegar a mi puesto de trabajo.
¿Por qué está Zara con ese idiota y no vino en su auto?
¿Habrá pasado todo el fin de semana con él?
La escena se sigue repitiendo en mi cabeza una y otra vez a lo largo del día, junto con las escenas del sábado en el club, la forma en que coqueteó con él en frente mío, y pensar que verla irse con él había sido la peor sensación del mundo, para luego descubrir esta mañana que probablemente pasó el fin de semana en su casa, esa sí es la peor sensación.
No entiendo qué le ve a ese imbécil, aparte de que claramente tiene mucho dinero, pues ese auto en el que llegaron es uno de los más costosos del mundo, aunque, ¿quién tiene un auto así de costoso y deja que otro lo maneje? ¡Es ridículo!
¿Tal vez le gusta su acento británico?
¿O su físico? Aunque yo también tengo muy buen físico, para ello entreno todos los días.
¿Puede que le guste que use trajes costosos? Mi ropa no es costosa en absoluto y es bastante simple, de hecho.
¡Ugh! ¿A quién engañamos? Él y yo somos completamente diferentes, él tiene todo lo que Zara siempre ha buscado: Dinero, fama, renombre, buena pinta y, por lo que escuché de Lucy, familia conocida; y yo no tengo nada de esas cosas.
Probablemente esa sea la razón de que ella siempre se haya rehusado a estar conmigo, a pesar de que es obvio que aún siente cosas por mí, ella simplemente no parece querer nada oficial conmigo, tal vez se avergüence o crea que no valgo la pena para novio.
En los días siguientes trato, infructuosamente, de hablar con ella al menos para dejar las cosas claras entre nosotros, pero ella me sigue ignorando, por lo que al final desisto de la idea y trato de concentrarme en mi trabajo, el cual se va haciendo mejor con el tiempo, pues aunque sea el nuevo del equipo, mi experiencia en Tokyo y mis habilidades han hecho que me gane el respeto de mis compañeros en tan corto tiempo.
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Los días sin tener contacto con Zara rápidamente se convirtieron en semanas y estas a su vez se fueron transformando en meses, ya llevo casi cuatro meses en la compañía y sólo he tenido la oportunidad de ver a Zara en un puñado de ocasiones, algunas veces nos hemos cruzado en la entrada de la compañía, o en los ascensores, pero ella siempre parece tener prisa, o está hablando por teléfono cuando no está redactando emails en su teléfono.
Todas las veces que me la he encontrado en la compañía, siento que mi estomago se revuelve incómodamente y un deseo incontrolable de querer hablarle o acercarme a ella me invade, no obstante, ella siempre parece estar demasiado ocupada, molesta o estresada por algo, siempre parece estar apurada para llegar a algún sitio y rara vez ha hecho contacto visual conmigo.
E incluso cuando James, el líder del área de programación web empezó a llevarme con él a las reuniones semanales de trabajo, en donde algunas veces estaba Zara presente, ella básicamente me ignoraba la mayor parte del tiempo, y cuando tenía que dirigirse a mí, lo hacía de una forma que pareciera que nunca nos hubiésemos visto por fuera de la compañía, de un modo completamente indiferente y frío, lo cual no ayudaba en nada a la horrible sensación que ya sentía por estar tan cerca de ella y no poder siquiera hablarle normalmente.
Con el tiempo empecé a notar signos de cansancio en ella, a veces se veía un poco despeinada, a veces se le notaban las ojeras a pesar del maquillaje que llevaba puesto, y en una ocasión incluso noté que se había puesto su chaqueta al revés, entonces me acerqué disimuladamente y se lo susurre de forma rápida, a lo que ella respondió primero con una mirada confundida, luego se sonrojó un poco y finalmente, frunció el ceño y se arregló la chaqueta mientras daba media vuelta y se alejaba de mí rápidamente.
Realmente quisiera que la situación entre nosotros fuera diferente, desearía que ella pudiera dejar a un lado sus miedos y prejuicios sobre una posible relación entre nosotros, aunque claro, luego está el asunto del matrimonio y la familia, no quisiera ser quien intentara forzarla a hacer algo que ella no quiere y que después me resienta por ello.
Ojalá pudiera sólo hacer desaparecer los sentimientos que tengo hacia ella, los cuales aún después de más de tres años siguen intactos, tan fuertes como desde la primera vez que nos besamos detrás del edificio de administración en el club campestre; pero ha sido simplemente imposible, por mucho que he intentado dejar de pensar en ella todo el tiempo, no he podido.
Por eso cuando James se acerca a mí repentinamente y me pregunta con urgencia si tengo mi pasaporte vigente, y luego exhala con alivio cuando le respondo que sí, mi corazón da un vuelco en el momento en que él me informa que en una semana iré con él y algunos otros directivos de la compañía a un congreso internacional sobre nuevas tecnologías en Berlin.
“¿Cuáles directivos irán?” le pregunto con mi ansiedad creciendo a ritmo acelerado.
“Los jefes de cada división, sus respectivos asistentes y algunos miembros destacados del personal, así como tú…. Ah y la CEO al parecer también irá,” Me responde con total naturalidad y yo paro de respirar por un segundo.