CAPÍTULO 35: ¿ME DEJAS VERLA? Artem soltó una risa suave que hizo erizar cada vello del cuerpo de Liana. —¿Vas a decirme o no? ¿Con cuántas mujeres he estado? —Hmm... —él la miró con una sonrisa pícara mientras sus dedos seguían acariciando su espalda, bajando por el hueco de su columna—. ¿Te importa tanto, krasotka? —Se inclinó hacia ella, dándole un rápido beso en los labios.— ¿No es más importante si te gustó cómo te hice venir? Liana dejó escapar una risa divertida por la picardía de su respuesta. —Si quieres saberlo, fue... mejor que mis desastrosos intentos —confesó entre risas, sorprendiendo a Artem, quien arqueó una ceja, claramente intrigado. —¿Intentaste darte placer? Liana suspiró, avergonzada, apartando la mirada por un momento antes de asentir. —Sí... una vez... cuando