CAPÍTULO 52: UN AMOR UNILATERAL. Liana escuchó la puerta cerrarse, y el sonido pareció resonar dentro de ella como una sentencia. Sus ojos azules, ahora llenos de lágrimas, le devolvieron la mirada en el espejo. Su mano apretaba con fuerza el frasco de crema, como si fuera lo único que la mantenía conectada a la realidad en ese momento. El rechazo de Artem la golpeaba como una ola fría, una tras otra, cada una más devastadora que la anterior. Había apostado su corazón en ese matrimonio, un trato que, para él, siempre fue un acuerdo, pero para ella... para ella se había convertido en algo más, algo real. Y eso la destrozaba por dentro. Sabía que había sido una tonta al enamorarse, que Artem jamás la miraría con los mismos ojos con los que ella lo veía a él. Pero aun así, no podía permit