CAPÍTULO 90: ELLA DEBE CASARSE. Cuando Artem abrió la puerta del estudio, apretó con demasiada fuerza la manija, sus nudillos se pusieron blancos. Allí estaban Santino y Andre, quienes le devolvieron la mirada con la misma frialdad. —¿Qué hacen ellos aquí? —preguntó Artem, cerrando la puerta tras de sí. Alexei se levantó tranquilamente y fue directo a la mesa de licores, sirviéndole un trago a su amigo. Le entregó el vaso al mismo tiempo que decía: —Calma tus hormonas, Artem. Tanto Santino como André tienen las respuestas que necesitamos y han venido a ayudar. Artem bebió un sorbo, sus ojos clavados como dagas en Andre. En ese momento, su molestia no era con Santino, sino con su mano derecha. Lo odiaba desde que el día en que se atrevió en poner sus ojos en Liana. Quería romperle cada