El tiempo paso muy rápido y estaba de nuevo en el consultorio de la terapeuta. Sentada en el mullido sofá, con una taza de humeante té frente a ella. Le había pedido que hablara de algo que era muy difícil para ella, estaba intentando hacer acopio de valor para comenzar a relatar uno de los días mas horribles de su vida. Lo extraño era que, después de tantos años obviando esa realidad, ahora podía recordar todos y cada uno de los detalles, lo doloroso que fue perder su virginidad con alguien a quien no amaba. _¿Mariana? Si estás lista podemos comenzar, se que es difícil y doloroso, pero aceptar lo que sucedió es el primer paso. _Bueno… no se ni por donde comenzar. ¿Y si resulta que yo lo provoque? O que… de alguna manera, como decía Gabriela, yo lo merecía. _¡No Mariana, jamás vuelvas a