Luego partimos a la mansión Fort. Aixa y yo íbamos sentados, en la parte trasera del Rolls Royce de Harris. Aixa estaba felíz y seguía pegada a mi como en el avión. Yo estaba cansado de tanto manoseo, y le susurré en el oído: "Bebé podrías soltarme. necesito respirar, estas asfixiandome". Ella, solo estaba apayada en mi hombro. tomando mi mano, pero eso para mi era demasiado molesto. no me gustaban las demostraciones de amor o afectos como estos. Ella sonrió. luego soltó su agarré y susurró: "Sabes que no vas a morir, solo tomaba tu mano no tengas miedo". Yo sonreí. mientras miraba mi mano roja y transpirada. luego respondí: "¡Lo siento!, pero ya fue demasiado afecto por hoy. esto es lo que vas a recibir de mí, asi que acostúmbrate. no soy de esos, que demuestran, amor o hacen cosas,