Aquellas paredes de mi habitación parecían irse estrechando de a poco mientras la luz del exterior se iba haciendo mas tenue. ¡Todavía Beth no llamaba! Estaba demasiado preocupada, no solo por Mary Ann, también por Beth que ya había entrado a esa casa. No podía llamarla, tenia que esperar a que ella lo hiciera. Miré la pequeña piscina que quedaba frente a mi ventana, todavía habían personas dentro de ella. Mi celular sonó, casi deteniendo mi corazón. ¡Era ella! - ¡Beth!- dije su nombre faltándome el aliento. - Tranquilo, ya la he visto. - ¿Están a salvo? - Si, pero Mary Ann está algo delicada de salud. No me habías dicho que ella estaba enferma. La he sacado de aquella casa y estamos en un hospital. - Hospital…- hospital, delicada de salud. La ultima vez que la había visto