El día estaba aburrido, la casa estaba aburrida. ¡Yo estaba aburrido! El invierno había entrado y yo estaba alerta, tomando todas las medidas necesarias para evitar un ataque de asma, o para al menos disminuir los síntomas de este, porque era casi imposible que no me pasara en invierto. También en cada cambio de estación.
- Me quedaré contigo una semana, te gusto o no. – gruñó mi hermano mayor, aunque solo era mi hermano mayor por unos dos o tres minutos de diferencia. Mamá lo enviaba cada vez que ella presentía que tendría un ataque de asma. ¡Y si! Cada vez que ella presentía. Lo raro de todo eso, era que siempre acertaba. Prefería a que enviara a mi hermano, si venia ella, no me dejaría mi levantarme de la cama. – Y nada de salidas.
- Viniste a cuidarme, solo si me da algún ataque
