En la oscuridad

441 palabra(s) Publicado Resaca El despertador sonó a las 7.45 de la mañana, catalina maldijo y lo lanzó contra la pared, intentó incorporarse pero el dolor de cabeza era tan intenso que inmediatamente tuvo que recostarse en la cama. Se preguntaba porque diablos tuvo que ir a ese bar en la noche, siendo un día tan importante en la oficina, debía estar puntual a las 9:00 Am o sería asesinada por Daniel su jefe, quien le había advertido que denia estar allí puntual y sin demora. Haciendo un gran esfuerzo logró levantarse y a tientas alcanzó la comoda abrió la gaveta y sacó unas pastilla, vertió agua en el vaso y la tomó, ya sólo era esperar que hicieran el efecto deseado y su resaca pasara pronto. Se acomodo nuevamente en el espaldar de su cama y empezó a respirar profundo tratando de relajarse para potencializar el efecto del medicamento ya tomado, mientras lo hacía fue quedándose dormida. En la oficina eran alrededor de las 8:30 Daniel estaba impaciente por la tardanza de Catalina quien debía de entrar en cualquier momento. Podía notarse en el hombre las venas del cuello adulterado, en ese momento toca Estefani a su puerta, después de escuchar su aprobación para entrar, lo hizo llevando consigo una bandeja con café y su libreta de anotaciones debajo del brazo, esbozo una gran sonrisa , llena de ternura, respetuosamente le saludo y extendió la bandeja hacia él e informó que estaba todo dispuesto en la sala de reuniones . Daniel asintió con la cabeza y preguntó si había llegado, aunque no pronunció su nombre Estefanía sabía que se refería a Catalina, la impuntualidad era una virtud que le adornaba pero esperaba que hoy fuera diferente, ya que era un contrato millonario el que estaba en juego y si la compañía publicitaria lo perdía tendrían que despedir a varios empleados para seguir aflote. Daniel le pidió llamarla, esta asintió y salió rápidamente de su noficina para cumplir la tarea encomdñennda. Marcó el número y espero a que sonara varias veces pero no obtuvo respuesta colgó y decidió marcar otra vez, este proceso lo repitió tres veces más, hasta que una voz soñolienta le contestó. Con un respiro de alivio preguntó si estaba bien, si ya estaba dentro del edificio profesional. Catalina quien anpenas podia procesar la información no entendía nada. En un un instante sus dormidos ojos se abrieron y la luz penetro por ellos y se levantó sobre asaltada al reconocer la voz del otro lado, pidiéndole ayuda afirmó estar allí en 20 minutos y colgó la llamada para dirigirse rápidamente al lavabo, reprochando se por ser tan libertina, Daniel me matará hoy y dará mis huesos a los perros.