Clementina
Pestañeo sin saber si lo que dijo fue producto de mi imaginación o fue real. «¿Acaso me dijo: “Fresita”? Me cuestiono mirándole perpleja. Él aclara su garganta arrastrando su mirada seria de mí para darse la vuelta y entrar a la iglesia, Arturo me da una seña de que le siga y resoplo apresurando mis pasos.
Cuando entro a la iglesia, deja el pastel en una mesa y la congregación se sorprende.
─Padre ¿Y este pastel? ─Pregunta la señora Sandra.
─Lo trajo Clementina ─responde Alex revisando unos papeles.
Todos me observan.
─No está envenenado, lo hizo Jack ─digo rápidamente. De inmediato comienzan a cortarlo para comer de él. Alex levanta la mirada para verme y arruga su cejo como molesto─. ¿No deberíamos de irnos? El cielo no se ve muy despejado ─pregunto.
─¿Irán al in
