Capítulo 3
713 Words
Antes de ver a Frederick, se encontró con Zayne Xu, su ayudante y asistente de confianza. En la vida pasada, la trataba muy bien y la defendía en nombre de su prometido, no obstante, era por Frederick que ella lo odiaba. Además, cada vez que iba a la empresa siempre provocaba un escándalo, y era Zayne quien limpiaba el desastre; ahora que lo volvió a ver, se llenó de culpa.
Antes de que dijera algo, ella tomó la iniciativa de sonreírle y le dijo: “Buenos días, Asistente Zayne”
Zayne estaba extremadamente confundido y le respondió el saludo: “Buenos… Buenos días”
Ella nunca lo había saludado... Cambió de tema apresuradamente y le preguntó: “¿Está Frederick?”
La incredulidad se reflejaba en su rostro, por eso le preguntó contrariado: “¿el Señor Frederick?... Señorita Sheryl, no, disculpe. Ahora es Señora Sheryl, ¿Está buscando al presidente?”
En el pasado, ella lo llamaba por su nombre completo, "Frederick Lance". De todos modos, sin esperar su respuesta, él respondió: “El presidente está en una reunión”
En consecuencia, ella indicó: “Entonces lo esperaré en la oficina. Puede continuar con sus labores”
Tras devolverle una sonrisa, se dirigió a la oficina del presidente. Al darse cuenta de sus errores pasados, prometió que no volvería a causarle problemas a Zayne, pues él era tan amable que de vez en cuando venía a servirle té y algunos bocadillos. Decidió que tendría mucho cuidado de no molestarlo. ¿Cómo ignoró su amabilidad todo este tiempo?
Después de esperar tres horas, finalmente Frederick regresó. En el momento en que la vio, inmediatamente le dijo: “Olvídate de cancelar el compromiso”
Sheryl se quedó sin palabras ¿Qué mala impresión había dejado en la mente de Frederick? Dejó la revista a un lado, se levantó, se paró frente a él con una sonrisa y le dijo: “He venido para almorzar juntos. ¿Quién dijo que quiero cancelar el compromiso? Soy tuya y tú eres mío, está escrito en nuestro destino. Por lo tanto no hay necesidad de hacer ningún cambio”
Él contestó confundido: “Sheryl, ¡No pienses que te vas a burlar de mí! No me retractaré de lo que he dicho...”
Antes de que terminara su oración, ella se puso de pie, le dio un beso en la boca y le habló coquetamente: “¿Ahora si me crees? Si lo que digo no es verdad, que me parta un rayo”
Pese a todo, la expresión enojada de Frederick, se congeló. Se dio media vuelta para mirar a Zayne, quien sin entender la situación mantuvo su expresión seria, y se preguntaba qué pasaba con ellos. Aunque había ideado diferentes formas de cancelar el compromiso, y la mayor parte del tiempo inventaba cualquier excusa para provocar un escándalo, ¡Besarlo por iniciativa propia era algo nuevo!
Después de estar un poco desconcertada, seguía sintiéndose un poco culpable ¿Qué debía hacer ahora? Afortunadamente, Frederick, recuperó el sentido de inmediato, alargó la mano para acariciarle la frente y le preguntó: “¿Qué quieres comer?”
Sheryl se emocionó, entró un poco en pánico y respondió: “Tampoco sé, ¡Escoge tú!”
Se quedó en silencio por un largo rato antes de tomar las llaves del auto y salir de la oficina. Ella trató de seguir el paso, pero su alta figura y sus largas piernas lo hicieron imposible. Un brillo astuto se reflejó en sus ojos cuando puso su mano sobre el hombro de Zayne y le preguntó: “Asistente Zayne, ¿Ya comiste? ¿Quieres venir con nosotros?”
¡Por supuesto, no se atrevería acompañarlos! Antes de que Zayne pudiera abrir la boca para responder y negarse a la invitación, una mirada asesina cayó sobre él. Frederick los estaba mirando, se dio media vuelta y se la llevó fingiendo ser indiferente, en realidad, nadie sabía cuánto la quería.
Ella sonrió y no dijo nada, una pizca de calidez envolvió su corazón. En esta vida, ella y Frederick se amaban profundamente, y lo único que tenía que resolver era su comportamiento terco y la idea de que siempre se oponía a él. Cualquier cosa que hiciera de ahora en adelante, siempre despertaría sus sospechas.
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