Confort

Leah Flashback El corazón me late con una frecuencia abrumadora, el aire en mis pulmones amenaza con hacerlos estallar, el estómago se me contrae con las arcadas que me produce el olor a óxido de la sangre. Volteó a todos lados y no hay nadie, estoy completamente sola, el callejón esta totalmente desierto, las gotas de agua caen finamente en mi rostro y los estruendos que hacen los relámpagos amenazan con desatar una tormenta. Bajo la mirada a mis manos temblorosas, la pistola con silenciador tiembla en mis manos y la dejo caer al piso en un ataque de pánico. Él cuerpo de él yace en el piso cubierto de sangre. Lo maté. ¿Lo maté? Sí, lo maté. ¿Como llegamos a esto? ¿Como mi vida perfecta paso a ser un completo desastre? Fue en defensa propia—¿Lo fué?—. Refuta mi mente rápidamente. —Claro que lo fue—susurro para mí. Doy vueltas en el lugar y empiezo a escuchar unas voces aproximándose al callejón, camino rápidamente con las piernas temblorosas al final de la calle, doblo a la izquierda y camino rápidamente por la avenida, las gotas de lluvia caen con más fuerza sobre mi rostro. Hay una cabina de autobús y me miro en el reflejo del vidrio para intentar estabilizar el desastre que soy en estos momentos, una fina capa de sangre adorna mi cara y mis manos tiemblan entorpeciendome. Sus ojos, el arma, él me apuntaba, todo fue muy rápido y le disparé. Me limpió el rostro rápidamente con las gotas de lluvia y hago la parada a un taxi, las manos aún me tiemblan levemente pero me las arreglo para subir al taxi intentando mostrar tranquilidad. —Estas temblando—susurra el taxista sacándome de mis pensamientos. Abro la boca para decir algo, pero siento que me he quedado sin voz, hago una mueca y asiento con la cabeza. —Prendere la calefacción, la lluvia te tomo por sorpresa, es una suerte que halla pasado por aquí, a esta hora ya casi no pasan los taxis en esta zona, es un lugar muy peligroso... Él taxista habla pero no pongo atención a nada de sus palabras, le doy la dirección de mi departamento y comienza a parlotear sobre el clima, el tiempo y los cambios que generan la contaminación, no presto mucha atención ya que la imagen de él bañado en sangre no deja de repetirse una y otra vez en mi mente. Llego a mi destinó y le agradezco al conductor por su amena plática, él parece feliz y le pago tratando de esbozar una sonrisa. Me meto al edificio, él portero esta dormido y subo al elevador busco las llaves de mi departamento, las manos me siguen temblando, los nervios son evidentes y el dolor en el pecho sigue ahí. Salgo del elevador y veo el departamento de alado, la puerta cerrada, el pecho se me oprime y el escalafrio que genera mi cuerpo me hace temblar haciéndome reaccionar. Abro rápidamente el departamento, todo esta oscuro y agradezco al cielo por no tener que darle explicaciones a Leandro, me apresuro a mi habitación y comienzo a quitarme la ropa desesperadamente. Soy una asesina. No quiero ser una asesina. ¿Que voy a hacer? Leandro toca mi puerta y suspiro de alivio por haberle puesto seguro a la puerta, no puedo permitir que me vea así, no puedo hacerlo parte de esto. Leandro es mi mejor amigo y mi romie nuestra amistad es muy solida y para que nuestra convivencia funcione pusimos unas cuantas reglas: 1-No dejar que nadie más duerma en la casa. 2-Mantener el orden. 3-Pagar en el tarrón 10 dólares si se incumple la segunda regla y 50 dólares si se incumple la primera. 4-Nuestra amistad vale más que una falda o un pantalón. 5-Estar siempre disponible aunque no sea una emergencia grave. ¿Sencillas? Claro que sí. Fin del flashback Mi vida era perfecta o lo que se podía describir como demasiado buena, algo que odio es el desorden y el hecho de no tener el control de las situaciones me desquicia. Por eso me desquicia tanto Cassian. Un tatuador de mala muerte que vive en el departamento de alado, desde que llego al edificio a hecho nuestra vida un infierno. Es un demente, una bestia sin escrúpulos, ni pudor. Él ha roto todas las reglas de mi vida desde que apareció. 5 reglas que hicieron que mi vida se jodiera: 1-. Sin besos. 2-. No enamorarse. 3-. Solo acercarse a la hora del acto s****l. 4-. Guardar el secreto. 5-. Estar disponible pero no exclusivamente. ¿Fáciles? Al menos eso creí antes de destruirme en un juego perdido. Rompí la segunda regla, realmente las termine rompiendo todas, pero nunca imaginé que en él habitará una bestia, ni que en mí habitará una presa feliz por ser cazada. Me obsesione del chico lindo con cara de ángel, me obsesione del demonio que te deja arder en el infierno, del loco que si no te tiene te destruye. Me obsesione, enloquecí y me jodí. Nos jodimos. Nos condenamos al placer y ahora ardemos en llamas en el infierno de nuestro deseó. Leandro es el niño angelical con la que toda chica sueña, pero en él habita un demonio que ninguna mujer puede controlar. Cassian es la bestia con el que no te quieres cruzar, pero la adrenalina de estar a su lado te embriaga, te embriaga tanto que hasta te jodes, con él solo encuentras infierno porque todo es perdición a su lado.