En la mansión Grimlore, Katrina mira la hora en el reloj y puede imaginar perfectamente por qué Jarl no ha llegado todavía. En estas semanas aprendió a ignorar lo que él haga o deje de hacer y gracias a eso se siente más aliviada y en paz. Si esta es la vida que a él le gusta, pues que haga lo que quiera con tal de dejarla en paz. Se levanta de la cama y toma del cajón el nuevo notebook que Jarl le trajo en la mañana y va a la cama para ver algunas cosas en internet. No le gusta perder el tiempo en estas cosas, pero ahora mismo le sirve para distraerse. No es hasta que mira la hora en la pantalla que se da cuenta de que casi son las 4 am y cómo lo había predicho, su esposo no llegó todavía. Borra rápidamente todo el historial de búsqueda por si a Jarl se le antoja revisar y deja la note