Luego de algunos segundos de oscuro silencio entre madre e hijo, Jarl asiente. Marta se lleva las manos a la cabeza. Mira a su hijo y vuelve a negar. Tener que ser amable con esa niña le va a costar mucho. Katrina despierta adolorida, pero no precisamente de la caída que tuvo antes de ayer. Mira abatida su cuerpo desnudo bajo la sábana con una buena cantidad de moretones. ¿Cómo es que Jarl siempre consigue de ella lo que quiere? ¿Acaso alguna vez dejará de ser tan tonta? Negar que lo ama y que le encantó todo lo que le hizo anoche es como querer negar que el sol existe, pero eso no cambia la situación entre ellos, todo lo que ha pasado y descubierto estos últimos días. Desvía su vista hacia la puerta y suspira pesadamente. Hace amago por levantarse, pero en ese momento la puerta se abre