Unas risas desde la cocina reciben a Ragnar cuando llega a la mansión. Camina hasta allí y observa a Katrina interactuar con su madre y su hermana desde la puerta. No puede negar que ella se nota más tranquila y distendida desde que llegaron aquí. La madre de él también está mucho más sonriente que de costumbre y eso de alguna forma lo complace. Sin que ninguna de ellas se percate de que ha llegado, da media vuelta y sube hasta su habitación, se quita la ropa y entra directamente a la ducha. El agua fría siempre consigue relajarlo, por lo que permanece allí durante algún tiempo con los ojos cerrados hasta que su puerta de baño se abre bruscamente y un estallido lo sobresalta. —¡Rayos! —dice el alfa tomando una de las toallas que está a su alcance para tapar su cuerpo desnudo. Katrina s