Wendy, quien estaba buscando su tarjeta de crédito en ese momento, dirigió su mirada hacia la puerta del restaurante y respondió: —Guau, sí, ahora entiendo por qué la chamana te dijo que no le prestaras atención a si era mentiroso y prácticamente te estaba diciendo que te lo comieras y que al fin y al cabo la verdad es que todos mienten, sin importar si son feos, guapos, pobres o ricos. ¡Jajaja! Ethan se encontraba afuera del restaurante, enviándole un mensaje de texto a Camila mientras esperaba pacientemente. Mientras estaba ahí de pie, Wendy, la mejor amiga de Camila, con sus ojos rasgados asiáticos, paseó su mirada por el cuerpo de Ethan y no pudo evitar comentar. —Y oye, el hombre tiene unas buenas nalgas. Camila, mirando directamente hacia Ethan, respondió con una sonrisa en su ro