Narra Alejandro Yo ya no me soportaba a Vlad. O sea, lo amo, pero a veces me saca de quicio. Es bien cierto que hace unas semanas quise casarme con él, pero, a decir verdad, ahora es cuando le agradezco a mis hermanos que hayan evitado tal barbaridad. Desde el inicio de nuestra relación me había dado cuenta de que Vlad es un poquitín celoso. No, no un poquitín, sino extremadamente celoso, posesivo y tóxico. Aun cuando los dos estábamos en horario laboral, él quería que yo le respondiera los mensajes, y si me tardaba en responderle, se enojaba y no me volvía a hablar sino hasta el día siguiente, y yo ya no podía salir a beber unas cuantas cervezas con los de la universidad sin que él de inmediato llegara a “marcar territorio”. Yo ya había hablado con él de ese tema, diciéndole qu