Narra Alejandro Se suponía que yo ya debía estar acostumbrado a que Carlos expusiera su vida en la guerra. Ese era su trabajo, después de todo. La cuestión es que...él no tenía por qué hacerlo. A diferencia de otros soldados, quienes indiscutiblemente se habían metido en el ejército porque no habían tenido otra opción, ya fuera porque tuvieron que prestar el servicio militar y les quedó gustando esa vida, o simplemente porque no tenían otra manera de llevar el pan de cada día a sus casas, Carlos sí que tenía más opciones. Jodida mierda, él era el más estudiado de la familia, y allí estaba...en el monte, dándose bala con los guerrilleros, mientras que sus familiares quedábamos preocupados por él, rezando porque regresara vivo a casa. Yo tenía apenas 7 años cuando Carlos se enlistó