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AHORA... ANNA Abro los ojos sintiendo la brillante luz que se cuela por la ventana, el fresco aire mueve la cortina blanca, mi cuerpo aún caliente, es cubierto por las sabanas de la cama. De reojo miro el reloj de mi buró, marca las 7 y cuarto de la mañana, mágicamente todo está muy calmado, no hay ruidos ni juguetes rondando, no escucho la risa de ese par de diablos, algo deben estar tramando. Escucho la puerta abrirse y sus cabezas castañas se asoman, son dos pequeños diablitos, mis gemelos, me miran y sus ojos verdes brillan, alzo la vista y el padre de mis hijos me sonríe con cariño, en sus manos sostiene una charola con el desayuno. –¡Feliz cumpleaños mami! – gritan los gemelos y se suben a la cama a abrazarme y besarme, Adam frente a mí se ríe al ver a sus hijos comerme a besos