Angelo Supe que algo andaba mal cuando no recibí ninguna respuesta por parte de Emiliana. Verla inmóvil sobre la cama tras una enérgica pelea contra mi tan solo momentos antes, me volvió loco. Ese mismo impulso desesperado me llevó a pararme a un lado de la habitación en espera de un diagnóstico por parte del doctor. –Parece que su esposa fue drogada con escopolamina, –me comunicó mientras le medía el pulso– le suministraron una sustancia que anula la voluntad. Es comúnmente usada por los violadores para quitar a sus víctimas el control de sus cuerpos y aprovecharse de ellas. –Eso es algo ilógico, ella se despertó bien. Tan solo le perdí la vista en el baño y no creo que se haya metido nada allí dentro porque no tiene cómo acceder a sustancias –excusé, pensando en cada detalle– –Para