Emiliana
El anillo en mi mano brillaba incluso en medio de la oscuridad de mi habitación. Lo admiré por largas horas sin cansancio, preguntándome una y otra vez cómo había llegado hasta donde estaba en tan poco tiempo.
En las últimas semanas había pasado por ser secuestrada, estar en medio de dos tiroteos, presenciar la muerte de mi padre y ver mi hogar arder. Ahora se avecinaba lo más valiente que probablemente iba a hacer en mi vida. Casarme con un extraño como Angelo.
Aunque mi atracción hacia él era evidente e irremediable, no podía estar tranquila al saber que era un hombre totalmente desconocido para mi. Todavía ignoraba si resultaba ser un tipo mucho más peligroso que Santino.
La puerta se abrió de forma repentina y como si mis pensamientos lo hubiesen invocado por la fuerza
