Quizás una hora después, Meridia finalmente baja de su barrio élfico, y es ahí cuando Axel se pone en marcha. Él espera que la joven camine tranquilamente hasta una parada de autobús que estaba a varios metros de distancia, viendo como la chica se sentó tranquilamente esperando su transporte con varios elfos más, desde esa distancia, Axel se daba cuenta que Meridia destacaba entre las demás elfas que estaban sentadas con ella, ya que la rubia era indudablemente hermosa, además su apariencia delicada era imposible que pasara desapercibida. —Ella parece una princesa elfa con harapos —murmura Axel riéndose un poco porque todavía no superaba los horrendos y viejos vestidos que usaba la chica, a pesar que él le había comprado todo un guardarropas nuevo. Así pues, el autobús llegó y Axel sigui