Mar mira una y otra vez el anillo de diamante clasificación D y niega con la cabeza —Definitivamente has perdido la razón— Murmura —Este anillo costo una fortuna— Continua y sigue mirándolo y yo tan solo la observo sentado desde el asiento del conductor en este espacio que pareciera ser más pequeño de lo que ya es. —Tenía que parecer un compromiso de verdad ¿no?— Me justifico. Ella me mira y vuelve a mirar el anillo haciéndome sonreír —Con un diamante más barato bastaba— Declara y rio. —No lo creo, soy un hombre de gustos exquisitos, así que, si no le daba un buen anillo a mi prometida, nadie me iba a creer— Explico y ahora es ella quien ríe. Su mirada y la mía se cruzan y ella me da una media sonrisa —¿Qué buscas?— Inquiere y arqueo mis cejas. —No sé de qué hablas— Respondo y la obs