(Horas después)
Ver a Lu tan entusiasmada mientras que caminamos por las calles de Manhattan rumbo a una de las casas de vestidos de novia más famosas de la ciudad, me hace sentir bien. Es difícil de explicar, pero me gusta verla así, es como sintiera que estoy haciendo algo bueno en esta vida —¿Voy a poder comprarme un vestido también?— Le pregunta a Mar y ella asiente.
—Así es, en este lugar venden de todo, vestidos para novias, para niñas como tú, e incluso tienen una sección para hombres— Le cuenta Mar y Lu me mira.
—¿Te compraras un traje?— Averigua y sonrió.
—Claro, no puedo desentonar con ustedes dos— Respondo y miro a Mar quien me sonríe en respuesta.
Escucho a Lu hablar del tipo de vestido que le gustaría usar en la boda y todavía me cuesta asimilar que de la noche a la maña
