Elizabeth No se si en el suero me pusieron alguna especie de relajante o fue el cansancio acumulado de días anteriores, pero dormí tanto tiempo, que cuando desperté ya era de noche. La habitación estaba a oscuras, pero se iluminaba por las luces de los edificios cercanos y por la poca luz que entraba del pasillo. Mire el reloj de pared que había en la habitación y marcaba las 8:30 de la noche. William no estaba, seguramente seguía trabajando o había decidido irse a casa a dormir. No lo culpo, no durmió en toda la noche anterior, aun asi sentí un poco de tristeza, tenia la esperanza de abrir los ojos y encontrarlo a mi lado. Unas lágrimas traicioneras escaparon de mis ojos pero las limpié rápidamente. Debía acostumbrarme a sus ausencias. Antes no me molestaba, cuando solo era mi jefe. C