Capitulo 1

1407 Words
William — ¿Estás totalmente seguro de lo que me estás diciendo amigo? Digo, no es que seas un anciano ni mucho menos que se te haya ido el último tren. Eres lo suficientemente joven y atractivo para poder tener alguna chica de donde escoger. — Decía mi colega James Murphy — Doctor Harris y Doctor Murphy. El paciente está preparado.— Interrumpe una enfermera mientras nos hacíamos lavado quirúrgico para entrar a cirugía. — Gracias enfermera Louis, iremos en un momento.— Conteste— —Reunámonos en el bar de la otra cuadra cuando termine nuestro turno, aun tienes mucho que contarme sobre tu extraño y loco plan.— Decía mi amigo mientras se adelantaba al quirófano. ********** James es mi anestesiólogo de confianza y claro, mi mejor amigo desde la universidad. De no ser por él, la carrera hubiera sido más tediosa, es alegre, espontáneo y ocurrente. Pero al mismo tiempo es responsable, considerado y buen padre. Recuerdo haberlo molestado mucho cuando me dijo que se casaría con su novia, cuando apenas íbamos a hacer la residencia médica. Lo admiro mucho e incluso debo admitir que le tengo un poco de envidia. Tenemos la misma edad y él ya tiene una familia grande, su esposa es la jefa del departamento de Ginecología y obstetricia del mismo Hospital donde trabajamos, el Devon A. Hoover MD. De Detroit Michigan. Tienen tres hijos, aún en edad preescolar, cuando los visito algunos fines de semana, los niños corren hacia mí llamándome tío william. Yo quiero eso, tener niños corriendo y gritando por la casa y una esposa cariñosa que me reciba del trabajo, sin embargo no he tenido buena suerte para encontrar novia. Paso mucho tiempo trabajando, debo estar disponible las 24 horas del día por cualquier emergencia. Además de que voy al gimnasio y hago senderismo. Me gusta mantenerme en forma y no suelo frecuentar bares ni discotecas. Según mi buen amigo, esa es la razón por la que aun no consigo novia, ya que me la vivo en el hospital. Además de que me pasó algo en el pasado que me impide mantener una relación estable en la actualidad. ************* — ¿ Y bien? Dime, ¿Qué es esa locura tuya de que quieres subrogar un vientre para tener un hijo? Por Dios amigo, mírate. Eres un galán, no tienes necesidad de hacer esas cosas. Solo ve a un café o una disco e invita a alguna chica a salir y bueno...ten un hijo. ¿ o es acaso que tienes problemas ahí abajo?— Decía James sosteniendo una cerveza en su mano — Amigo, estamos hablando de mi. Sabes que ni en la universidad me gustó asistir a fiestas, las chicas solo me miraban pero ninguna me dijo que yo le gustara. — Porque tú eres el hombre. Ese era tu trabajo. Si dejas que la chica sea la primera en hablarte, eso la hace quedar como una chica fácil y a nadie le gusta eso. Hasta un adolescente de 14 sabe eso Willy.— Parecía que mi amigo me estaba regañando —Bien, bien. Lo acepto. Soy un desastre para conseguir novia. No importa cuan bien parecido sea yo, nunca parece llegar la indicada, además las pocas que he conocido o son interesadas o son unas tóxicas posesivas o ambas cosas. Y ya no estoy para esos juegos. Yo quiero una familia, pero si eso no sucede. Por lo menos quiero tener un hijo al que cuidar y ver crecer, así como lo haces tú con tus hijos. — Ok, esto es muy raro amigo. Pero te aprecio demasiado, eres mi hermano y voy a ayudarte, le diré a Sara que me pase su contacto de la clínica de reproducción asistida. — Gracias James. — Agradeceme cuando tengas un hijo. *********** Mientras tanto en otra parte — ¡Lisa! ¡LISA! ¡Elizabeth Mayo! — Decía una voz chillona de una mujer de cincuenta y tantos. — Lo lamento madame Michell, me quede dormida. — Más vale que te levantes y muevas ese trasero, aun me debes $180 dólares por haberte sacado de la cárcel el otro día. — Ya oí, lo lamento, le pagaré el fin de semana. — Más vale que sea así y que te fijes bien a qué clientes buscas, no vaya a ser otro que te acuse de ladrona. Dio un portazo tras de sí. Suspiró cansada. Soy Elizabeth mayo, tengo 21 años y mi vida es un asco. Mis padres eran unos alcohólicos y drogadictos que me amarraban a un árbol en el patio como a un perro. Cuando tenía 8 años, una llamada anónima a servicios infantiles del estado de California hizo que los arrestaran y a mi me llevaron a un hogar de acogida. Pero las cosas no eran mejor que en casa, y yo misma escapaba e iba a las oficinas de protección a menores, una y otra vez. Y así pasé muchos años, hasta que finalmente la trabajadora social que más llevaba mi caso se apiado de mí y tomó mi custodia temporal a los 13 años. Todo iba bien, la señora Margaret era muy buena conmigo, me dio el cariño que necesitaba, pero mi buena suerte no duró mucho. Ella ya era una persona mayor, y cuando cumplí 17 ella falleció. haciéndome regresar al sistema de nuevo. Finalmente cuando cumplí la mayoría de edad, el estado mismo me dio una patada en el trasero. Estaba sola, sin nada y sin nadie. Mendigue varias semanas y conseguía pequeños trabajos de limpieza en comedores y bares, pero no era suficiente y volvía a las calles, a los albergues. Entonces un día, en la calle conocí a una chica llamada Penny, era una rubia de ojos verdes, muy linda que me ofreció quedarme con ella. Era solo 4 años mayor que yo. Era una prostituta, su vida tampoco había sido fácil. Y entonces me convenció de unirme al viejo oficio, era eso o seguir de méndiga en las calles. Yo estaba asustada, era virgen. Pero en ese momento de mi vida, sentía que llevar un plato de comida a mi mesa era más importante que eso. Y me vendí al mejor postor. Así comenzó esta vida de porquería, al comienzo era bueno. Tenía a Penny como mi apoyo moral en los momentos difíciles, Sus ausencias no me sorprendían, solía irse hasta una semana y volver como si nada, perdida en las drogas y el alcohol. Pero cuando en las noticias hablaban del cadáver de una prostituta encontrado en un parque y la policía me busco para reconocer su cuerpo, supe que estaba sola de nuevo y que mi amiga Penny no volvería. Odio esta vida, he juntado algunos ahorros y con eso pienso largarme de aquí a empezar de nuevo en otro lugar. Aquí no vive nadie mas que yo y mi casera y proxeneta doña Michell a la que le gusta que le digan "madame" Le dejaré su plata en un sobre y me iré sin decir a donde voy. Y realmente no sé a dónde iré, solo sé que me siento asfixiada de este lugar y de esta vida de mierda. ********* Camino a la estación de autobuses, hay muchos destinos y no se cual elegir. Miro por la televisión que están pasando robocop, entonces se ilumina una idea en mi mente. Tomaría el largo camino a Detroit, Michigan. Y comenzaría una nueva vida alejada de la prostitución. Sabía que Detroit estaba a día y medio en carretera, cruzando casi de extremo a extremo el país, pero no podía costearme un viaje en avión. Cada dos horas se detenían en alguna estación para que los pasajeros pudiéramos ir al baño. Cuando finalmente llegamos a nuestro destino no veía la hora de bajar de ese autobús. Estaba toda entumecida y adolorida, fastidiada, pero al menos me sentía libre por primera vez en mucho tiempo. Al buscar mi pequeño equipaje, noté que había un pequeño problema. Por alguna razón mi equipaje no llegó conmigo. ! Así que no tenía ropa¡. Al menos mis documentos y mi dinero lo traía en mi bolsa de mano. Genial, ya estaban comenzando mal las cosas. Caminaba distraída al salir de la estación de autobuses, estaba sumamente cansada por el pesado viaje que no note que el semáforo estaba en verde. Entonces cuando me di cuenta de mi estupidez, ya tenía al auto casi sobre mi y me desmayé del susto.
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