El molesto ruido de su alarma penetró en los sueños de Rhory arrastrándolo fuera del agradable mundo de morfeo. —Aún no... Sueño —se quejó a la nada. Y sus quejas debieron de haber sido escuchadas por alguien, ya que ese irritante sonido se detuvo, permitiéndole al joven modelo volver a ese agradable sueño en el cual cierto hombre lobo estaba con él. Subiendo más las mantas, Rhory elevó sus piernas convirtiéndose en una pequeña bolita que huía del frío. Bajando su rostro, lo ocultó e inspiró más del reconfortante aroma de Max. Sumergiéndose en un agradable sueño, nuevamente fue arrastrado fuera de este por la ruidosa alarma que emitía su celular. Quejándose ruidosamente al no poder dormir como tanto deseaba, Rhory finalmente se rindió y soltó un largo y muy pesado suspiro. Girando hacia