Rhory estaba barriendo el piso mientras el letrero que colgaba en la puerta de vidrio informaba que la cafetería había cerrado por ese día. Sus ojos bicolor de vez en cuando observaban en dirección a su jefa, quien estaba limpiando detrás del mostrador, y luego volvían a lo que estaba haciendo. Y el proceso debió haberlo repetido las veces necesarias como para que Beatriz se diera cuenta, ya que al observar en su dirección nuevamente, el joven modelo se encontró directamente con su mirada. —Sacaré la basura al contenedor en el callejón, para cuando vuelva, espero que me puedas decir lo que tanto quieres y no te atreves —indicó. Sin más palabras, la mujer mayor se alejó desapareciendo de la vista de Rhory al utilizar la puerta trasera de la cafetería. Dejando de barrer, el joven modelo d