Rachel abrió mucho los ojos y retrocedió con silla y todo. Por un momento creyó que esa chica le daría un golpe en toda la cara. “Si esta me agarra, me mata”, pensó aterrorizada. ―Eh… no, no… solo que… em… como vos dijiste… Bendegachas es difícil de pronunciar. Es más fácil decirte Vasca. ―¿Me estás tomando el pelo, pendeja? ―Aldana golpeó la mesa con sus palmas. ―No, para nada ―intervino Valeria, con total tranquilidad―. Es así de pelotuda todo el tiempo. ―Tenés buenos brazos ―dijo Sasha, para cambiar el tema―. ¿Hacés alguna rutina en algún gimnasio? A mí me gusta mucho el fitness. La Vasca se relajó un poco y bajó la guardia, aunque mantuvo el semblante serio. ―Participó en el club de boxeo desde que entré al instituto el año pasado. Y justamente de eso quiero hablarles. Ese club e