Phillippe
—¡Phillippe!
Me estremezco al escuchar la forma en que pronuncia mi nombre, trago saliva con fuerza al ver al señor Kozlov cerrar la puerta de su estudio.
—Lo lamento, señor Kozlov, ese no era el plan —me disculpo al mirarlo con pena.
—Carajo, muchacho, he confiado en ti… ¿y me la devuelves con un esguince?
El ruso se dirige hacia la silla frente a su escritorio, haciéndome un gesto con su mano para que me siente frente a él. Lo observo abrir una de las gavetas para sacar un par de vasos y una botella de lo que parecía ser ron, sirve en ambos vasos y me ofrece uno, el cual se me hace imposible poder rechazar.
—Quise hacer que se divirtiera —le aseguro al mover ligeramente el vaso para poder observar el líquido en su interior—, de verdad, que mi intención jamás fue lastima
